Apoyo y actividades internacionales del Magnificat | Custodia Terrae Sanctae

Apoyo y actividades internacionales del Magnificat

En estos días, se está celebrando en Jerusalén el festival Ayyar del Instituto Magnificat, un evento anual organizado para promocionar la escuela de música de la Custodia de Tierra Santa. De hecho, dentro del recinto del complejo de San Salvadorhay un conservatorio que cuenta con más de doscientos alumnos de todos los niveles y grados y, sobre todo, de todas las nacionalidades, religiones y razas.  Un experimento de integración muy significativo, por tanto, que pretende fomentar la convivencia y el diálogo a través del lenguaje de la música. Una tarea nada fácil en el delicado contexto de Jerusalén, donde palestinos e israelíes están llamados a una convivenciacomplicada y a menudo problemática.

El festival Ayyar tiene tres citas este mes de mayo, los jueves 12, 19 y 26. Se trata de conciertos abiertos al público donde actúan los mejores alumnos y profesores de la escuela y a los que asisten frecuentemente autoridades locales, cónsules y diplomáticos amantes de la música y ciudadanos curiosos. A la actuación del 19 de mayo asistió una delegación de Pésaro (Italia) – ciudad de Gioacchino Rossini y “ciudad de la música” –, que trajo una donación fruto de una recaudación de fondos específica organizada en esa importante ciudad de la región de Las Marcas. Concretamente, la recaudación de fondos se realizó en el contexto del concierto “Las notas del Magnificat – Instrumentos de paz para Tierra Santa”, celebrado en la iglesia de San Juan Bautista el 1 de abril pasado en Pésaro; una iniciativa que fue posible gracias a la profunda pasión por la música y por Jerusalén que caracteriza el sentir de estos ciudadanos y de su municipio.  Un vínculo bien probadogracias a la figura de fray Armando Pierucci, franciscano y músico, que fue profesor de órgano en el conservatorio de Pésaro, organista en la basílica del Santo Sepulcro de Jerusalén desde 1988 y fundador del Instituto Magnificat.

Además de la iniciativa de esta comunidad, representada en el concierto del 19 de mayo por una delegación encabezada por el arzobispo emérito de Loreto, monseñor Giovanni Tonucci, son varias las entidades privadas e institucionales que apoyan las actividades del Magnificat. Entre las instituciones implicadas destaca la Asociación Aldebarán, que el pasado verano organizó conciertos destinados a recaudar fondos en Taormina y sus alrededores; un grupo de caballeros y damas del Santo Sepulcro de una lugartenencia estadounidense que constantemente se compromete a apoyar los proyectos internacionales del Instituto; un grupo de frailes de Hungría, que ayuda a la academia de música ofreciendo becas de estudio y recaudando fondos con conciertos y eventos culturales; y el luthier suizo Martino Ruggia, que desde hace unos años aporta una valiosa ayuda material a través de la restauración y el regalo periódicos de violines y violonchelos.

El Instituto Magnificat nació a mediados de los años 90 de la intuición del mencionado fraile Armando Pierucci. A lo largo de los años ha visto aumentar continuamente el número de alumnos, convirtiéndose en un lugar dedicado no solo al estudio de la música sino también en punto de encuentro entre diferentes segmentos y almas de la ciudadanía de Jerusalén. Hoy, el Instituto cuenta con varias prestigiosas colaboraciones internacionales, entre ellas con el conservatorio Pedrollo de Vicenza que permite a los estudiantes obtener títulos académicosde primer y segundo nivel reconocidos en todo el mundo. Hasta la fecha. tres cantantes y dos pianistas se han graduado con las máximas notas y menciones de honor: un orgullo para la pequeña pero preciosa realidad de la Custodia de Tierra Santa.

Cada año, además, se invita a los alumnos a viajar al extranjero para participar en proyectos musicales y artísticos cada vez más interesantes, tanto a nivel educativo como interreligioso; como ocurrió el año pasado en Austria, el próximo mes de agosto un grupo de Jerusalén participará en un campamento de verano musico-teatral en Berlín, Alemania, con jóvenes de distintas religiones unidos por la pasión por el arte y la música.