Celebraciones de la Inmaculada Concepción y de San José en Nazaret | Custodia Terrae Sanctae

Celebraciones de la Inmaculada Concepción y de San José en Nazaret

Celebraciones especiales en Nazaret, con motivo de la solemnidad de la Inmaculada Concepción y la clausura del Año de San José. El 8 de diciembre, se conmemoraron los dos aniversarios en una misa en la Basílica de la Anunciación, donde el ángel anunció a María que se convertiría en la madre del Salvador. El día anterior, en la iglesia de San José, dedicada al patrón universal de la Iglesia y construida sobre el lugar donde vivía la Sagrada Familia, tuvo lugar el rezo del Rosario de San José.

Fr. BRUNO VARRIANO, ofm
Guardián y rector de la Basílica de la Anunciación de Nazaret
"Nuestra Basílica está celebrando la clausura del año de San José. Un año en el que hemos reflexionado, en el que San José nos ha acompañado, especialmente en este momento difícil de la pandemia. La Virgen María y San José nos acompañan con su humanidad, porque vivieron aquí, fueron ellos quienes criaron al hijo de Dios".

Las celebraciones del final del año dedicado a San José se inauguraron el martes 7 de diciembre, en la iglesia dedicada a él, con el rezo del Rosario de San José.

El 8 de diciembre, día de la solemnidad de la Inmaculada Concepción, doble celebración. Al mediodía, el guardián de la Basílica de la Anunciación, Fr. Bruno Varriano, dirigió la oración del Ángelus.

Por la tarde se celebró una misa solemne de clausura dedicada al patrón universal de la Iglesia y con motivo de la solemnidad de la Inmaculada Concepción. La celebración estuvo presidida por Fr. Dobromir Jasztal, vicario de la Custodia de Tierra Santa: “Todos —dijo en su homilía— en el mismo momento en el que sentimos miedo o inquietud ante el misterio de lo que Dios nos pide debemos responder como María al amor gratuito de Dios”. Fr. Dobromir subrayó también el ejemplo de san José, "un hombre como nosotros —dijo—, que supo vivir y afrontar todas las adversidades de la vida obedeciendo a la Palabra de Dios".

Fr. DOBROMIR JASZTAL, ofm
Vicario de la Custodia de Tierra Santa
"La solemnidad de la Inmaculada Concepción nos sitúa ante el ejemplo de María, predestinada por el Señor, 'sierva dócil' del Señor que, sin comprender exactamente el misterio, confía, confía en el Señor. Ella le confía toda su vida para que se cumpla el plan de salvación que Dios ha preparado. En San José tenemos otro ejemplo de un hombre que confía totalmente en Dios y que pone la palabra de Dios totalmente en el centro de su vida".

Al término de la misa, la bendición con el icono del patrón universal de la Iglesia.