¿Cómo se forman los frailes de la Custodia?

¿Cómo se forman los frailes de la Custodia?

Para los frailes de la Custodia de Tierra Santa, el mes de junio marca el final del curso académico. El 7 de junio, se reunió en Jerusalén el Secretariado de Formación y Estudios, para evaluar el desarrollo de este año.

Coordinación

El Secretariado es un órgano de la Orden de los Frailes Menores que tiene como misión coordinar las actividades formativas. Normalmente, se reúne al principio y al final del año académico. Para la Custodia, está formado por unos 15 miembros y está presidido por el Custodio de Tierra Santa: “Los jóvenes que solicitan entrar en la Custodia – subraya – siguen un itinerario que tiene la finalidad de discernir su llamada y, en consecuencia, formarse para poder vivirla plenamente”.  Fray Ulises Zarza es el secretario de formación y estudios: “Nuestra tarea – explica – es compartir, debatir, hacer propuestas, afrontar los problemas que surgen durante el curso, caminar juntos”.

Formación completa

La formación se lleva a cabo según las directrices contenidas en la Ratio Formationis Franciscanae de la Orden y en la “Ratio” específica de la Custodia. Se desarrolla en cinco dimensiones principales: formación humana, intelectual (que incluye el estudio), espiritual, carismática (o franciscana) y misionera (en Tierra Santa, en particular, la custodia de los lugares santos).  También son parte de esta formación el aprendizaje de un oficio o la educación musical.  “Este es el contenido de todas las etapas formativas” explica fray Ulises. “En estas dimensiones, se ayuda al candidato a madurar, se le acompaña e interpela para que llegue a consagrarse totalmente a Dios”.  Cada fraile cuenta siempre con el apoyo de educadores, y se intenta que la formación se adapte lo más posible a las necesidades de cada persona.

La formación de un fraile de la Custodia empieza por el discernimiento vocacional, seguido de un año de aspirantado, en comunidad. Luego, los jóvenes pueden acceder al postulantado en Montefalco (Italia) y al cabo de un año, al noviciado en La Verna.  Tras la profesión simple, la formación continúa en Tierra Santa. Aquí, los frailes se enfrentan a los estudios de filosofía (2 años) y después de teología (4 años).  Entre estos dos ciclos, se les propone un año de servicio en un santuario, comúnmente llamado “año franciscano”, útil para la inmersión en el carisma de la Orden o, para la mayoría, un año de lengua (árabe, hebreo o griego), útil para la misión en Tierra Santa.

La dimensión internacional

Una especificidad de la formación de los frailes de la Custodia es el aprendizaje de varios idiomas, unido a una dimensión de vida internacional. “Son dos elementos que favorecen la apertura mental y la superación de los nacionalismos” afirma el Custodio. “Aprender un idioma significa aprender a entrar en el mundo de los demás sin perder la identidad, pero al mismo tiempo, sin absolutizarla. Y nuestros jóvenes empiezan a vivir esto de inmediato. A veces puede ser agotador, pero aporta una riqueza extraordinaria.

El aprendizaje de idiomas está estrechamente relacionado con la misión de la Custodia: “Nuestra misión requiere conocimientos de árabe, hebreo o griego moderno, así como el conocimiento del inglés, para acoger a los peregrinos”. Además, la lengua común de la Custodia es el italiano, por tanto, normalmente un fraile de la Custodia debe saber al menos dos o tres idiomas.  “Además, está el latín, que es la lengua de las liturgias y la lengua oficial de la Iglesia – no olvidemos que aquí se nos conoce precisamente como ‘latinos’”.

La Custodia – explica fray Patton – “siempre ha tenido una perspectiva internacional, porque así lo quiso el papa Clemente VI en 1342”. Y aún hoy mantiene este carácter, albergando a frailes de unas 40 naciones distintas. En la formación participan unos 70 frailes, de los cuales una treintena pertenecen a la Custodia y unos 40 proceden de diferentes provincias de la Orden. “Es un servicio que hacemos por nuestra Orden y, al mismo tiempo, un enriquecimiento para la propia Custodia”. También sucede que algunos, cuando están aquí, descubren una vocación especial y piden permanecer al servicio de la Custodia.

Marinella Bandini