En cumplimiento del Status Quo, también este año se repitió la tradicional visita a los frailes y al Custodio de Tierra Santa por parte de las iglesias cristiano ortodoxas presentes en Jerusalén para felicitarles la Pascua. Se trata de una práctica que va más allá del protocolo ya que representa una excepcional oportunidad para las diversas comunidades cristianas de Jerusalén de reunirse, ponerse al día y vivir juntas un momento de convivencia fraternal propiciado por el intercambio de felicitaciones. La ocasión fue la Santa Pascua, que los católicos celebraron el pasado domingo 9 de abril.
Los católicos siguen el calendario gregoriano, mientras que los hermanos de las iglesias cristianas ortodoxas utilizan el juliano; este último, este año, sitúa el día de Pascua exactamente una semana después de la de los católicos. Esta diferencia cronológica implica que, para corresponder, dentro de siete días serán los frailes quienes visiten los patriarcados ortodoxos para felicitarles la Pascua.
El martes 11 de abril, por tanto, los frailes de la Custodia de Tierra Santa abrieron las puertas del convento de San Salvador para recibir a las delegaciones de las varias comunidades cristianas de Jerusalén que se presentaron en este orden: los greco-ortodoxos, encabezados por el patriarca Teófilo III; los coptos y los ortodoxos sirios, representados respectivamente por el arzobispo Antonius y el obispo Jakub Jack; y la delegación de los ortodoxos etíopes, liderados por el padre Gebre Selassie. Tras recibir a los etíopes, los frailes y el Custodio de Tierra Santa, fray Francesco Patron, se dirigieron al patriarcado greco-católico, donde les recibió el obispo melquita Jules Zire'ai, que habló en nombre del vicario patriarcal, monseñor Yaser Al-Ayyash. Este último, acogió calurosamente a los frailes y agasajó al Custodio de Tierra Santa con un pequeño obsequio, aprovechando la ocasión para agradecer a los frailes de la Custodia su misión, que les confirma como “verdaderos guardianes de la Tierra Santa”.
Por la tarde, fue el turno de visitar San Salvador de las delegaciones del patriarcado latino, encabezada por monseñor Pierbattista Pizzaballa, y la armenio-ortodoxa, a cuya cabeza estaba el gran sacristán, Sevan Gharibian.
Todos los representantes de las Iglesias de Jerusalén, además de llevar sus sinceros saludos pascuales y anunciar con alegría a Cristo Resucitado, expresaron su pesar y preocupación por la escalada de violencia que se está viviendo en los últimos meses en Tierra Santa. Un odio del que, por desgracia, no se libra ni siquiera la pequeña comunidad cristiana, que recientemente ha sido objeto de diversos ataques que son todo menos improvisados. Todos los líderes condenaron con firmeza esta espiral de violencia y reiteraron su voluntad de no retroceder ante las intimidaciones.
Para superar este ambiente de hostilidad hacia los cristianos de Tierra Santa, así como todas las injusticias y sufrimientos que afectan a la humanidad, el padre Custodio recordó el poder del mensaje pascual: “debemos ser capaces de recibir los dones pascuales de la paz y la reconciliación porque de ellos procede la misión de reconciliación de la Iglesia. Solo haciendo nuestra y dando testimonio de la esencia de la Pascua es posible superar la contradicción entre el misterio que celebramos y la realidad en la que estamos inmersos. La tumba vacía es el origen de nuestra esperanza y nos invita a ser testigos de Cristo resucitado en el mundo entero”.
Durante la visita de las distintas delegaciones, algunos frailes de la Custodia cantaron algunos pasajes en latín, entre ellos el Victimae paschalis y el Regina coeli.
Filippo De Grazia
