Educar: camino hacia la paz. La misión de las Escuelas de Tierra Santa

Educar: camino hacia la paz. La misión de las Escuelas de Tierra Santa

Fray Ibrahim Faltas, director de las Escuelas de Tierra Santa, habla del espíritu que guía las obras educativas de la Custodia

“Educar es el camino hacia el futuro y hacia la paz”: de eso está cada vez más convencido fray Ibrahim Faltas, director de las Escuelas de Tierra Santa.

En la escuela de convivencia

Hay unas veinte escuelas y aproximadamente 12.000 alumnos (además de unos mil profesores y empleados), en Israel, los Territorios Palestinos, Jordania y Chipre. “Una peculiaridad de las escuelas de la Custodia de Tierra Santa es que fomentan un entorno mixto: cristianos y musulmanes estudian en las mismas clases y, por tanto, crecen juntos, aprendiendo a conocerse y a respetarse”, nos cuenta fray Ibrahim. 

Atención especial se presta al aspecto de la convivencia, tanto en horas de clase como en las restantes actividades. También para favorecer este aspecto – subraya fray Ibrahim –, las escuelas se han dotado, con el tiempo, de espacios recreativos, donde los niños pueden practicar deportes y actividades lúdicas.

Un camino hacia el futuro

“Otra característica de nuestras escuelas es que están al alcance de todos: nuestras tasas son muy bajas en comparación con otros institutos y la Custodia siempre se ha comprometido a cubrir el resto de gastos. Se trata de facilitar el acceso a la educación incluso a los jóvenes más desfavorecidos” porque “creemos que es la manera de darles un futuro mejor” pero también para “que experimenten la belleza de vivir junto a los demás respetando y acogiendo su diversidad”.

La guerra entre los pupitres

Desde que empezó la guerra entre Israel y Hamas, las repercusiones se han hecho sentir a muchos niveles, incluso entre los pupitres de la escuela. Fray Ibrahim no puede olvidar la vuelta a las clases en Jerusalén, después de dos semanas de “toque de queda”. “Los niños y jóvenes volvieron totalmente cambiados, habían perdido la sonrisa. En una clase de la escuela infantil, una niña quería llamar a su papá cada cinco minutos para asegurarse de que no salía de casa, de que seguía vivo”. En los chicos más mayores se manifestaron sentimientos de rabia, frustración, rebelión y protesta. “También en este caso la escuela ha sido y sigue siendo fundamental para canalizar las energías en la dirección adecuada: no para destruir, sino para construir el futuro”.

Otro problema que trajo consigo la guerra es el desempleo, que tuvo repercusiones en el pago de las tasas escolares. Quienes han perdido el trabajo ya no pueden pagar por la educación de sus hijos. Por el momento, en algunas escuelas, sobre todo en las de los Territorios Palestinos, donde no existe ninguna medida social, la Custodia está trabajando para cubrir el 100% de los costes.

Escuela de paz

“Señor, hazme instrumento de tu paz”: la jornada escolar empieza cada día con la “oración simple” atribuida a San Francisco de Asís. Los niños la aprenden desde la escuela infantil, y todos los días estas palabras de paz, amor y perdón son la puerta de entrada a la escuela y al mundo, en el que están llamados personalmente a construir paz, convivencia y respeto.

Marinella Bandini
 

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