El cuadro de la Resurrección de Paolo de Matteis en el Santo Sepulcro

El cuadro de la Resurrección de Paolo de Matteis en el Santo Sepulcro

Hace diez años, la restauración del lienzo

No hay mirada de peregrino que no se haya detenido, al menos en los últimos tres siglos, en el cuadro que preside la parte superior del Edículo del Santo Sepulcro, encima de la puerta baja a través de la que se accede a la capilla del Ángel.

Se trata de la Resurrección de Cristo, un óleo sobre lienzo, obra de Pablo De Matteis, nacido en Piano Vetrale di Orria, actualmente en la provincia de Salerno (Italia), y fechada entre finales del siglo XVII y principios del XVIII.

El cuadro es ahora casi uno con el Sepulcro: y el lienzo constituye una pieza única extraordinaria, porque entre todas las representaciones de la resurrección esta se encuentra exactamente en el lugar donde sucedió el acontecimiento, como imagen del que es el momento culminante de la fe cristiana.

La última restauración del lienzo

«Hace tan solo diez años que se descubrió la firma del autor – subraya fray Stéphane Milovitch, presidente del Santo Sepulcro – que salió a la luz después de tres meses de restauración. El trabajo sobre la tela se había hecho necesario debido al polvo y la humedad pero, sobre todo, al humo negro de las velas subyacentes, todos ellos factores que, junto con su situación, no permitían la correcta identificación del autor».

«A instancias del galerista francés Maurizio Canesso y del profesor Nicola Spinosa, director del Museo de Capodimonte (Nápoles) – continúa fray Stéphane – el cuadro, después de la exposición en el palacio de Versalles sobre “El Tesoro del Santo Sepulcro”, fue sometido a restauración en el taller de Serge Tiers de París, entre finales de 2013 y comienzos de 2014».

Estas labores de restauración resultaron especialmente importantes porque ahora el lienzo está protegido por una lámina de cristal especial y, por detrás, por una lámina de polipropileno alveolar que permite que la pintura respire sin acumular polvo ni ennegrecerse.

La Resurrección del Santo Sepulcro

La victoria sobre la muerte se narra a través de la figura de Cristo glorioso envuelto en una luz delicada y cálida. Su cuerpo muestra una plasticidad que se vincula con los ejemplos escultóricos del clasicismo griego, pero no es un Cristo heroico o grandioso: más bien tiende más al éxtasis.

Lo que capta la atención es su mirada, pues en la suave piel de su rostro sereno sus ojos se dirigen al cielo, hacia el que su cuerpo asciende con delicadeza y atracción.

El movimiento del Cristo invita a todos los fieles que se detienen ante el Sepulcro a reflexionar sobre la realidad última que se abrirá ante cada hombre al finalizar su vida terrena: el Reino de Dios, al que alude el intenso azul lapislázuli del manto que rodea los costados, abriéndose hacia arriba como con el viento.

El autor, Pablo de Matteis

El lienzo del Santo Sepulcro de Pablo de Matteis recuerda en cierto modo la pintura de Luca Giordano, uno de los máximos exponentes de la pintura barroca napolitana, pero la elegancia de este cuadro, la pintura más luminosa y suave en los trazos son características que ya marcan la transición del Barroco al Rococó, que se produce en Italia a principios del siglo XVII.

«El cuadro estaba colocado aquí ya desde finales del siglo XVII – explica fray Stéphane – quizá por deseo de un benefactor napolitano, un religioso de la orden de frailes menores que partía a Jerusalén. En la tumba de Cristo, que pertenece a las tres comunidades, católica, greco-ortodoxa y armenia, con el tiempo todos han podido tener lámparas, candelabros y pinturas dentro y fuera del edículo. Y este lienzo, gracias a su especial situación, seguramente es una de las obras de arte sobre la resurrección más vistas y admiradas».

Silvia Giuliano