El rosario de Jaffa contra el miedo

El rosario de Jaffa contra el miedo

En el promontorio de Jaffa, el santuario de San Pedro actúa como línea divisoria entre Tel Aviv y las ciudades costeras del sur. Ashdod, Ashkelon y Zikim, cercanas a la Franja de Gaza. Aquí vive una comunidad de siete franciscanos de la Custodia de Tierra Santa, otros dos están adscritos al convento de San Antonio, a unos cientos de metros de distancia, sede de la parroquia latina.

La vida de la parroquia

La tradición bíblico cristiana sitúa en Jaffa varios episodios del apostolado de Pedro: la resurrección de Tabita, la hospitalidad en casa de Simón el curtidor y la visión del lienzo bajando del cielo.  Desde aquí Pedro, llamado por el centurión Cornelio, fue a Cesarea donde recibió a los primeros paganos en la Iglesia. La iglesia, dedicada a San Pedro, quiere conmemorar estos hechos, narrados en los capítulos del 9 al 11 de los Hechos de los Apóstoles.

Cada uno de los frailes se encarga especialmente de los fieles de un grupo lingüístico. La mayoría de las personas que frecuentan la iglesia es de origen filipino, pero también hay indios, africanos de varias nacionalidades, latinoamericanos, polacos, rusos y ucranianos. En Jaffa también hay una comunidad católica estable de lengua hebrea, y algunos fieles de origen árabe.

El 7 de octubre y la Virgen del Rosario

El pasado 7 de octubre, la ciudad de la movida israelí se sumió en un silencio absoluto, solo interrumpido por las alarmas antimisiles. El mismo día, fiesta de Nuestra Señora del Rosario, un grupo de fieles se reunió en la parroquia para rogar desde el principio a la “Reina de la paz”. Casi tres semanas después, el rostro de la ciudad aún es irreconocible e incluso la vida de la parroquia ha sufrido muchas limitaciones.  “Muchos de nuestros fieles tienen miedo a salir de casa o no pueden llegar hasta nosotros porque no hay transporte público” nos cuenta fray Carlos Santos, encargado de la pastoral para los migrantes, que forma parte de la comunidad franciscana desde hace diez años.  La presencia de fieles en las celebraciones se ha reducido a más de la mitad. La catequesis continúa de manera presencial, pero muchos niños ya no pueden asistir.

Rosario… en red

Los frailes siguen viviendo momentos de oración comunitaria: los laudes por la mañana y la misa y las vísperas por la tarde, con la presencia de algunos fieles. Desde el 17 de octubre, día dedicado a la oración y el ayuno por la paz en Tierra Santa, la comunidad de Jaffa ha seguido reuniéndose cada día para rezar el Rosario de la paz, siguiendo el plan propuesto para esa jornada. “Hemos seguido reuniéndonos espontáneamente cada día para rezar el rosario por la paz – cuenta fray Carlos –. Todas las tardes a las ocho nos reunimos y también trasmitimos en directo en Facebook, de forma que quienes no pueden estar presentes en la iglesia puedan unirse a la oración (en inglés) a través de Internet”. Una cita que, gracias al boca a boca, cuenta con la participación cada tarde de “casi mil personas, no solo fieles locales, sino también de Filipinas o de Estados Unidos”. La comunidad también se recoge en oración alrededor de los jóvenes llamados como reservistas, “así saben que alguien reza por ellos”. Algunas familias de feligreses han empezado una recogida de artículos de primera necesidad.

El viernes 27 de octubre, la comunidad de Jaffa también se unirá a la Jornada de oración y ayuno con dos actos: en San Pedro en hebreo y en San Antonio en inglés, según el esquema preparado por la Custodia de Tierra Santa.

Marinella Bandini