El Terra Sancta Museum se enriquece con un pedestal adrianeo

El Terra Sancta Museum se enriquece con un pedestal adrianeo

Traslado de la base de la columna de la basílica del Santo Sepulcro al museo arqueológico

Base of a column (plinth)  transferred from the Basilica of the Holy Sepulchre to the archaeological museum
Base of a column (plinth) transferred from the Basilica of the Holy Sepulchre to the archaeological museum

Siguiendo una tradición que desde hace siglos ha mostrado su compromiso con la recuperación y restauración del patrimonio artístico cristiano en Tierra Santa, la Custodia continúa “custodiando” sus tesoros artísticos a través de acciones de reubicación y puesta en valor de hallazgos arqueológicos de notable interés para reconstruir y salvaguardar la historia de estos lugares santos.

De hecho, el miércoles 19 de octubre, con las primeras luces del alba, concluyó el delicado traslado de una base de columna de la basílica del Santo Sepulcro al museo arqueológico en el Studium Biblicum Franciscanum, donde se podrá exponer al público junto con la rica colección arqueológica de la futura sala “Santo Sepulcro” del Terra Sancta Museum, diseñada por Giovanni Tortelli (arquitecto de la sección arqueológica) para reunir en un único espacio los hallazgos relacionados con la historia de uno de los lugares más preciados para los cristianos.

La operación de traslado tuvo lugar bajo las miradas curiosas de peregrinos y transeúntes, pues el excepcional transporte (que se realizó en varias fases ya que la base está dividida en tres piezas, con un peso total de unas 7 toneladas) atravesó las calles de la ciudad vieja por la principal arteria de paso: la delicada empresa requirió la estrecha colaboración de técnicos (los arquitectos Vincenzo Zuppardo y Leonardo Di Marco), arqueólogos (fray Amadeo Ricco, arqueólogo del Studium Biblicum Franciscanum) y operarios locales (un equipo dirigido por Youssef Musallam), que se encargaron del transporte de material.

El pedestal adrianeo

El elemento arquitectónico en cuestión tiene particular interés histórico artístico ya que se trata de un basamento (elemento que sostiene la columna) atribuido a las primeras décadas del siglo II (concretamente, al reinado de Adriano, de 117-138). La hipótesis más acreditada es que pertenece al grupo de columnas del tempo pagano erigido por el emperador en el lugar de la tumba de Cristo, en la zona del Gólgota. Posteriormente, a partir de la construcción de la basílica del Santo Sepulcro por parte de Constantino en el 325, estos elementos fueron reutilizados varias veces a lo largo de los siglos; luego, debido a un incendio devastador, a partir de 1809 lo que quedaba de las columnas – ahora reducidas a fragmentos – quedó oculto a la vista, pues fue integrado en los muros construidos para reparar los daños producidos.

«Durante la fase de restauración y las excavaciones que afectaron a la basílica de 1960 en adelante – explica el arqueólogo fray Amadeo Ricco, que siguió atentamente todas las fases del traslado –, las columnas y capiteles supervivientes, procedentes de la parte franciscana de la basílica y, por tanto, pertenecientes a los latinos, fueron redescubiertas y trasladadas por los franciscanos a Getsemaní, en torno a 1975, y recientemente fueron ubicados en el museo del Studium Biblicum Franciscanum. La única pieza que faltaba era precisamente esta, el pedestal que era la base de la columna, y que había permanecido durante 50 años en la basílica, probablemente por la extrema dificultad del transporte, pero también debido a la muerte repentina del padre dominico Charles Coüasnon, el arquitecto que dirigió las obras de restauración. Gracias a nuestra investigación en los archivos de los últimos años hemos podido reconstruir su procedencia: la columnata propiedad de los latinos, exactamente igual que las restantes piezas ya trasladadas al museo. Así, de común acuerdo con las demás comunidades presentes en la basílica, hoy finalmente hemos reunido el pedestal con los restantes elementos arquitectónicos que formaban la columnata de la rotonda constantiniana»

Al finalizar el traslado del pedestal, los técnicos y operarios que dirigieron y supervisaron el transporte se mostraron aliviados y satisfechos ya que el desplazamiento requirió pasos realmente complejos y bien articulados, sobre todo en algunos puntos de la ciudad vieja.  También fray Eugenio Alliata, arqueólogo y director de la sección arqueológica del Terra Sancta Museum, participa en la feliz conclusión del traslado de la base de la columna: «Fue el gran padre Virgilio Corbo quien se encargó, por parte de los franciscanos, de los primeros estudios arqueológicos sobre estos hallazgos de la basílica – recuerda fray Alliata –.  Hoy, después de tantos años, por fin se han dado las circunstancias favorables para reanudar estos trabajos, que permitirán un conocimiento cada vez mayor de la basílica y de su historia».

Silvia Giuliano