Estudiar las Escrituras para acoger el Evangelio: el deseo de fray Patton para el nuevo curso académico | Custodia Terrae Sanctae

Estudiar las Escrituras para acoger el Evangelio: el deseo de fray Patton para el nuevo curso académico

La víspera de la solemnidad de San Francisco, en la mañana del lunes 3 de octubre, docentes, alumnos y colaboradores del Studium Biblicum Franciscanum de Jerusalén y del Studium Theologicum Jerosolimitanum se reunieron en la iglesia de San Salvador, sede de la Custodia de Tierra Santa en Jerusalén, para la solemne celebración con motivo de la apertura del curso académico 2022-2023.

La santa misa fue presidida por el Custodio de Tierra Santa, fray Francesco Patton, que en su homilía invitó a la audiencia a interpretar el comienzo del nuevo año a la luz de las lecturas escuchadas (carta a los Gálatas y parábola del Buen Samaritano) y a la luz de la solemnidad de San Francisco, cuyas primeras vísperas se celebrarían por la tarde.

«¿Qué sugiere la actitud de San Pablo y la de San Francisco a quienes estudian la Sagrada Escritura y teología sagrada, a quienes la enseñan y a quienes investigan sobre ella? Que el estudio de la Escritura o de la teología no puede ser uno entre tantos: no está en juego ni el gusto de los estudiantes ni el éxito de los profesores, no se trata ni de encontrar alguna nueva hipótesis ni de hacer alguna interpretación de moda. El sentido profundo del estudio y la enseñanza – continuó fray Patton – es hacernos decidir por Jesucristo, llevarnos a acoger su Evangelio, a escogerlo a Él que: “se entregó por nuestros pecados para librarnos de este perverso mundo presente, conforme al designio de Dios, nuestro Padre” (Gal 1,4)».

El Custodio también instó a una relectura más urgente de la parábola del buen samaritano del evangelio de Lucas, subrayando que hoy el prójimo no solo necesita de auxilio “físico”. «Hoy encontramos aún más al prójimo herido y abandonado “espiritualmente”, porque es víctima de corrientes ideológicas, modas de pensamiento e incluso teológicas». El estudio y la interpretación de las Escrituras, por tanto, se vuelven fundamentales para madurar y hacer madurar una auténtica fe “adulta”, la única capaz de discernir entre lo verdadero y lo falso, entre engaño y verdad.

Al final de la misa, toda la comunidad presente invocó a la Santísima Virgen María Inmaculada, sede de la sabiduría y patrona de la orden franciscana, encomendándole no solo el recorrido de investigación, enseñanza y estudio del año que comienza, sino también los centros de estudio, los profesores, alumnos y colaboradores. La invocación a María fue retomada por fray Rosario Pierri, decano del Studium Biblicum Franciscanum, que en su saludo final a los alumnos renovó su deseo de que el corazón inmaculado de María ilumine el servicio, el estudio y el compromiso de todos.

El Studium Biblicum Franciscanum, fundado el 7 de enero de 1924 en el santuario de la Flagelación, está a punto de cumplir su centenario. Desde hace casi un siglo, el Studium sigue ofreciendo a religiosos, consagrados y laicos procedentes de todas partes del mundo, la posibilidad de estudiar la Sagrada Escritura en la misma tierra donde fue revelada.  Los lugares del Antiguo y el Nuevo Testamento se convierten en el contexto geográfico más fiel donde comprender la historia de la salvación: en eso se basa el valor añadido de la Facultad de Ciencias Bíblicas y Arqueológicas de Jerusalén.

Silvia Giuliano