Fray Massimo Fusarelli: “el comienzo de un conocimiento y un acompañamiento más fuertes a Tierra Santa” | Custodia Terrae Sanctae

Fray Massimo Fusarelli: “el comienzo de un conocimiento y un acompañamiento más fuertes a Tierra Santa”

The Minister General of the Franciscan Friars Minor Fr. Massimo Fusarelli praying in the Nativity Grotto
The Minister General of the Franciscan Friars Minor Fr. Massimo Fusarelli praying in the Nativity Grotto

El domingo 24 de octubre concluyó la intensa visita del Ministro General de la Orden de los Frailes Menores, fray Massimo Fusarelli a la Custodia de Tierra Santa. “En estos días he podido constatar todo el trabajo que los frailes menores realizan aquí y la importancia de esta misión”, comentó fray Massimo Fusarelli al concluir su visita. “Es solo el comienzo de un conocimiento y un acompañamiento más fuerte de esta hermosa y frágil realidad, que necesita toda nuestra ayuda como Orden de los Frailes Menores”.

El primer acto oficial de la visita fue la entrada solemne en la basílica del Santo Sepulcro la tarde del miércoles 20 de octubre. El cortejo salió de la Puerta de Jaffa, en la ciudad vieja de Jerusalén, en presencia de los representantes de las comunidades cristianas, del Discretorio de Tierra Santa y del vicario custodial, fray Dobromir Jasztal. Tras la larga procesión encabezada por los kawas de las distintas confesiones cristianas y por los numerosos frailes franciscanos reunidos para la ocasión, el Ministro General, el vicario general y el vicario de la Custodia de Tierra Santa, fray Dobromir Jasztal, junto con el guardián de San Salvador, fray Marcelo Ariel Cichinelli, saludaron oficialmente, en la puerta de la basílica, a los tres representantes de las comunidades que viven dentro del Santo Sepulcro, para después entrar en el interior de la basílica.

Según la tradición, el Ministro General besó la piedra de la Unción y en ese mismo lugar se reunió con el Custodio de Tierra Santa, fray Francesco Patton, que le dio la bienvenida.  “Bienvenido a Tierra Santa, bienvenido a la Ciudad Santa de Jerusalén, bienvenido al lugar más sagrado de la Cristiandad, la basílica del Santo Sepulcro, el lugar que vio el cumplimiento de la voluntad del Padre”, dijo fray Francesco Patton en su acogida al ministro. Siguiendo las notas del “Te Deum”, toda la procesión se encaminó a la rotonda de la Anástasis donde, tras una breve oración en el interior del Edículo del Santo Sepulcro y la lectura del Evangelio por parte del Custodio, fray Fusarelli pronunció su monición.

Al final de este momento, todo el grupo de franciscanos participó en la solemne procesión diaria dentro de los lugares santos situados en la basílica del Santo Sepulcro.

El día siguiente, fray Fusarelli presidió la santa misa diaria delante del Edículo del Santo Sepulcro. “Es para mí una gran alegría traer esta mañana a toda nuestra Orden de los Frailes Menores a esta Eucaristía, con el agradecimiento por los muchos signos de vida que la habitan y la oración para que sea más fiel a la prisa de la mañana de Pascua, a la fe recibida de los padres, al futuro que nos abre el Resucitado”, dijo el ministro durante la homilía. “El Señor ha resucitado realmente, ¡aleluya! Podemos cantarlo unos a otros, para ser la comunidad de los resucitados que anuncia y permite al Resucitado estar presente en este tiempo, en esta tierra, en esta iglesia, en esta fraternidad”.

La tarde continuó con la visita a las instalaciones de la escuela de Tierra Santa en Jerusalén y un encuentro con los jóvenes frailes en formación, en el convento de San Salvador.

Después del encuentro con todos los frailes de la Custodia en la mañana del viernes 22 de octubre y la participación del ministro en el Vía Crucis semanal de los franciscanos por las calles de Jerusalén, el sábado 23 de octubre tuvo lugar el ingreso solemne en la basílica de la Natividad de Belén.

Según la tradición para los ingresos solemnes, la primera parada fue frente al monasterio greco-ortodoxo de Mar Elías donde el ministro y el discretorio de la Custodia de Tierra Santa saludaron a los representantes de la parroquia de Beit Jala. La segunda parada tuvo lugar en la Tumba de Raquel, donde saludaron a los miembros de la parroquia latina de Belén. Este momento precedió a la última parada dentro de la ciudad, desde donde comenzó la procesión a lo largo de la “vía de la Estrella” siguiendo al cortejo encabezado por las fuerzas del orden y los scout locales.

Los jóvenes y niños del Terra Sancta School de Belén recibieron y acompañaron al ministro y a toda la delegación franciscana hasta la basílica de la Natividad.

Al llegar a la plaza del Pesebre, situada en la entrada de la basílica, el Ministro General fue recibido calurosamente por un nutrido grupo de representantes civiles locales y cristianos de la comunidad de Belén. Siguiendo la liturgia reservada a las entradas solemnes, el Custodio de Tierra Santa, fray Francesco Patton, saludó al Ministro y lo acompañó al interior de la basílica de la Natividad para después guiarle, tras los saludos a los representantes de las tres comunidades que conviven dentro de la basílica de Belén, hasta la iglesia de Santa Catalina ad Nativitatem.

En Santa Catalina, el Custodio dirigió unas palabras de bienvenida al Ministro General, presentando la ciudad de Belén, la pastoral local, la escuela y la parroquia, pero también las dificultades recientes y pasadas del lugar. “Los últimos dos años, debido a la pandemia, han sido difíciles y la ciudad todavía sufre debido a la pandemia y a la ausencia de peregrinos”, comentó el Custodio. “Esperamos que los peregrinos puedan regresar pronto y visitar este lugar, visitar los lugares santos y ayudar a nuestros cristianos locales. Tú, hoy, eres un signo de esperanza”.

 

Fray Fusarelli respondió a este mensaje agradeciendo en primer lugar a los presentes por haber venido a recibirlo. “Percibo de manera especial la unión entre mi provincia franciscana de origen, la provincia Lazio Abruzzo, y Belén. También allí, en Greccio, San Francisco quiso revivir la Navidad y ver con los ojos del cuerpo al Niño Jesús. Y, como aquel día, también hoy aquí es Navidad, un día de esperanza y alegría. Espero que seáis capaces de mantener firme la esperanza en un futuro mejor. Os prometo mis oraciones”.

La tarde del sábado, el Ministro visitó el Picirillo Handicraft Center, un proyecto realizado por la Fundación Juan Pablo II junto con la Custodia de Tierra Santa en 2014. El proyecto fue creado para atender las necesidades económicas y sociales de la población de la ciudad, sobre todo de las personas con necesidades especiales.  Esa misma tarde tuvo lugar en Jerusalén el encuentro con los religiosos de la familia franciscana, precedido de un concierto del Instituto musical Magnificat, presentado por su director fray Alberto Pari.  Durante la reunión, el Ministro General se centró en las tres palabras escogidas por el Sínodo 2021-2023: comunión, participación y misión.

El último día, el domingo 24 de octubre, se dedicó a Nazaret. Después de la llegada festiva al santuario de la Anunciación, precedida por el grupo de scouts locales que dieron la bienvenida y acompañaron la entrada, el Ministro General se encontró con el Custodio de Tierra Santa a la entrada de la basílica. El mismo fray Patton llevó a fray Massimo Fusarelli a la gruta de la Anunciación, donde se detuvo brevemente en oración, para después acompañarlo al altar principal de la basílica inferior. Tras la lectura del Evangelio en árabe por el párroco fray Marwan Di’des, el Custodio dirigió al ministro unas palabras de introducción al lugar. “Bienvenido a Nazaret, en este lugar especial empezó nuestra redención”, comentó el Custodio de Tierra Santa. “Encomendamos tu ministerio y tu persona a la protección de la Virgen María: que puedas responder siempre a Dios con tu ‘aquí estoy’ personal”.

Después de un breve canto, fray Fusarelli respondió a su vez. “Al final del capítulo general, el Vicario General y yo fuimos a la Porciúncula para encomendar a la Virgen María nuestro ministerio: hoy, en Nazaret, queremos hacer lo mismo, confiando a Ella todos los hermanos y hermanas de nuestra orden y los frailes para que seamos frailes y menores en este momento de nuestra vida”.

Al ingreso solemne siguió la santa misa en la basílica superior y el Ángelus, ambos presididos por el Ministro General. Al final, el Ministro General tuvo la oportunidad de visitar el cercano santuario de Cafarnaúm a orillas del lago Tiberiades.

“En cuanto pueda, iré también a Siria y Líbano”, comentó al final de su visita fray Massimo Fusarelli. “Creo que debemos continuar haciendo lo que hemos estado haciendo desde hace 800 años. Francisco quiso que fuéramos instrumentos, hombres de reconciliación y de paz, que están junto a las personas, apoyándolas, no dejándolas solas.  Seguir garantizando sustento, instrucción y educación pública entre los pueblos y religiones distintos que viven aquí; todo para darles un futuro de paz: creo que esta es precisamente nuestra vocación”.

 

Giovanni Malaspina