Gran alegría para la Iglesia y para la Custodia de Tierra Santa en este domingo 8 de febrero. En la basílica de la Anunciación de Nazaret, tres frailes menores han recibido, con la imposición de las manos, las órdenes sagradas. En presencia de numerosísimos parroquianos, la misa, especialmente festiva, ha estado presidida por S. E. el Card. Baldisseri, asistido por Mons. Marcuzzo, obispo de Nazaret, y por Mons. Kamal Hanna Bathish, vicario general emérito. La presencia de un prelado romano es algo insólito en una ceremonia de ordenación, pero el cardenal participaba desde hacía algunos días en un importante encuentro en Nazaret con vistas a la preparación del próximo Sínodo sobre la familia, del que es el secretario general.
Han sido ordenados tres jóvenes franciscanos: uno, sacerdote, y los otros dos, diáconos. Así, fray Tomasz Dubiel, originario de Polonia, ha sido consagrado sacerdote para toda la vida. El nuevo sacerdote, actualmente corresponsable del Christian Information Center y del Franciscan Pilgrim Office, había estado anteriormente en el seminario diocesano, antes de entrar en la Orden franciscana.
Fray David Grenier y fray Sinisa Srebrenovic han sido ordenados diáconos. Para el primero, esta etapa es la continuación de un año lleno de eventos: profesión solemne en octubre pasado y ordenación sacerdotal el próximo mes de junio. Tras los estudios de Filosofía en Canadá, llegó a la Custodia de Tierra Santa, donde ha asumido la dirección del Instituto Magníficat, la escuela de música de la Custodia.
Para fray Sinisa Srebrenovic, esta jornada de fiesta es la culminación de un largo recorrido. Fraile menor desde hace diez años, había pedido recientemente ser ordenado diácono. Por tanto, el actual sacristán de Nazaret ha pasado a ser diácono permanente.
En el transcurso de una concisa homilía, el cardenal ha querido subrayar el vínculo existente entre la Anunciación y la vocación sacerdotal: «La Anunciación es el relato de una vocación, de una llamada. En la escuela de María, debemos aprender a decir "Sí, heme aquí"». La familia juega un papel fundamental para que crezca y madure la vocación. Así, ha continuado diciendo: «Las familias deben seguir ofreciendo un contexto favorable para las vocaciones, cultivando el sentido de la piedad, de la oración y el amor por la Iglesia».
Animando a los ordenandos, el prelado les ha invitado a «difundir la alegría», muy presente en la vida cotidiana de los franciscanos. «¡Anunciad y dad testimonio de Dios y de su alegría! ¡Sed testigos de la alegría de la resurrección! En este mundo triste y negativo, ¡difundid la alegría de Cristo!».
Luego han seguido los ritos propios de las ordenaciones: la presentación de los candidatos, la postración –los candidatos se postran en tierra, en señal de consagración total a Dios-, la imposición de las manos, la vestición –los ordenandos se visten con los paramentos litúrgicos de su orden-, la entrega del Evangelio a los diáconos y la consagración de las manos del sacerdote.
Los parroquianos presentes han disfrutado de la «belleza de la celebración», aunque algunos hayan encontrado «la misa un poco larga»; dos horas de celebración, un verdadero encanto para las clarisas presentes en Nazaret. «Estos hermanos nuestros han sido ordenados hoy en esta "capital del Sí"». Para algunas clarisas, esta celebración en Tierra Santa ha sido una de las últimas, porque estas hijas de santa Clara regresan a Europa, dejando el convento de Nazaret a otras clarisas procedentes de Hispanoamérica.
Los frailes, acompañados por sus amigos y familiares, se han vuelto a reunir después en el almuerzo festivo celebrado en Casa Nova, restaurada hace poco. La delegación del convento de San Salvador se ha acercado después a Haifa para visitar la nueva escuela de la Custodia. Cedida por las carmelitas de Haifa, el complejo está gestionado desde el mes de octubre pasado por tres franciscanos que, con alegría, han guiado la visita por los distintos locales que acogen a numerosos alumnos cristianos.
El padre Tomasz Dubiel celebrará su primera misa en el convento de San Salvador este miércoles 11 de febrero a las 19.00 horas.
Nicolas Kimmel
Han sido ordenados tres jóvenes franciscanos: uno, sacerdote, y los otros dos, diáconos. Así, fray Tomasz Dubiel, originario de Polonia, ha sido consagrado sacerdote para toda la vida. El nuevo sacerdote, actualmente corresponsable del Christian Information Center y del Franciscan Pilgrim Office, había estado anteriormente en el seminario diocesano, antes de entrar en la Orden franciscana.
Fray David Grenier y fray Sinisa Srebrenovic han sido ordenados diáconos. Para el primero, esta etapa es la continuación de un año lleno de eventos: profesión solemne en octubre pasado y ordenación sacerdotal el próximo mes de junio. Tras los estudios de Filosofía en Canadá, llegó a la Custodia de Tierra Santa, donde ha asumido la dirección del Instituto Magníficat, la escuela de música de la Custodia.
Para fray Sinisa Srebrenovic, esta jornada de fiesta es la culminación de un largo recorrido. Fraile menor desde hace diez años, había pedido recientemente ser ordenado diácono. Por tanto, el actual sacristán de Nazaret ha pasado a ser diácono permanente.
En el transcurso de una concisa homilía, el cardenal ha querido subrayar el vínculo existente entre la Anunciación y la vocación sacerdotal: «La Anunciación es el relato de una vocación, de una llamada. En la escuela de María, debemos aprender a decir "Sí, heme aquí"». La familia juega un papel fundamental para que crezca y madure la vocación. Así, ha continuado diciendo: «Las familias deben seguir ofreciendo un contexto favorable para las vocaciones, cultivando el sentido de la piedad, de la oración y el amor por la Iglesia».
Animando a los ordenandos, el prelado les ha invitado a «difundir la alegría», muy presente en la vida cotidiana de los franciscanos. «¡Anunciad y dad testimonio de Dios y de su alegría! ¡Sed testigos de la alegría de la resurrección! En este mundo triste y negativo, ¡difundid la alegría de Cristo!».
Luego han seguido los ritos propios de las ordenaciones: la presentación de los candidatos, la postración –los candidatos se postran en tierra, en señal de consagración total a Dios-, la imposición de las manos, la vestición –los ordenandos se visten con los paramentos litúrgicos de su orden-, la entrega del Evangelio a los diáconos y la consagración de las manos del sacerdote.
Los parroquianos presentes han disfrutado de la «belleza de la celebración», aunque algunos hayan encontrado «la misa un poco larga»; dos horas de celebración, un verdadero encanto para las clarisas presentes en Nazaret. «Estos hermanos nuestros han sido ordenados hoy en esta "capital del Sí"». Para algunas clarisas, esta celebración en Tierra Santa ha sido una de las últimas, porque estas hijas de santa Clara regresan a Europa, dejando el convento de Nazaret a otras clarisas procedentes de Hispanoamérica.
Los frailes, acompañados por sus amigos y familiares, se han vuelto a reunir después en el almuerzo festivo celebrado en Casa Nova, restaurada hace poco. La delegación del convento de San Salvador se ha acercado después a Haifa para visitar la nueva escuela de la Custodia. Cedida por las carmelitas de Haifa, el complejo está gestionado desde el mes de octubre pasado por tres franciscanos que, con alegría, han guiado la visita por los distintos locales que acogen a numerosos alumnos cristianos.
El padre Tomasz Dubiel celebrará su primera misa en el convento de San Salvador este miércoles 11 de febrero a las 19.00 horas.
Nicolas Kimmel