La Custodia de Tierra Santa y la producción cinematográfica  | Custodia Terrae Sanctae

La Custodia de Tierra Santa y la producción cinematográfica 

Desde 1948 a los años 70, la Custodia de Tierra Santa estuvo involucrada en la producción de películas cinematográficas inicialmente destinadas a un público de amigos cercanos a la Tierra Santa, pero que luego se utilizaron también para actividades de catequesis y promoción de la Tierra Santa.

La mayoría de las películas fueron producidas por directores semiprofesionales, podemos definirlas como obras “amateur de alto nivel” y pueden ser consideradas un hito en la categoría cinematográfica llamada “useful cinema”. Son 37 los títulos que se han digitalizado recientemente, después de un proceso de análisis y restauración. La duración de la mayoría de las películas oscila entre 9 y 20 minutos, excepto un título que llega a los 100 minutos.

Esta producción cinematográfica de la Custodia de Tierra Santa forma parte de la producción de películas y documentales realizados tras la Segunda Guerra Mundial por varios institutos misioneros. 

Una figura relevante en la producción de estas películas para la Custodia fue el abogado Rinaldo Dal Fabbro (Venezia, 1909 - Roma, 1977). Dal Fabbro, apasionado por el cine y con una cierta experiencia en dirección y escenografía, realizó para la Custodia una serie de obras para las comisarías de Tierra Santa, con la supervisión de fray Alfonso Calabrese, responsable en ese momento del centro de “Propaganda y Prensa” de Milán – actualmente sede de la Fundación Tierra Santa y de las Ediciones Tierra Santa.

Explicó las razones que llevaron a la Custodia a elegir la cinematografía como forma de expresión la profesora Elena Mosconi, docente de Historia del Cine en la Universidad de Pavía y ponente en la conferencia que tuvo lugar el 22 de noviembre en la Cineteca de Milán MIC. El encuentro fue promovido por la Fundación Tierra Santa con motivo de la restauración y digitalización de algunas películas, y comisariado por el Museo del Cine de Milán.

La profesora recordó que la motivación para estas producciones se recoge en una aportación de fray Alfonso Calabrese, responsable en los años 50 del “Centro de Propaganda y Prensa” de Milán. En la revista italiana “La Tierra Santa”, el padre Calabrese escribió que “las películas pretenden dar a conocer a los cristianos la tierra donde Cristo nació y vivió; hacer revivir a los peregrinos la experiencia de su viaje; en definitiva, quieren proclamar al mundo las llamadas de justicia y paz que proceden de una tierra atormentada por los conflictos. Se trata de objetivos que también marcan los posibles destinatarios y los métodos de proyección”.

Son varios los temas que caracterizan los 37 títulos restaurados y digitalizados: películas como “La Madre” (1955), “Cántico de la Virgen” o “Navidad en Belén” (1954), tienen una impronta más espiritual, mientras que “El valle bajo el mar” (1954), “Tierra Santa” o “Tras las huellas de Dios”, tienen un enfoque puramente informativo. También cabe mencionar "Regreso a las fuentes” de Rinaldo Dal Fabbro, 1964), dedicada al viaje del papa Pablo VI a Tierra Santa, y las películas dirigidas por el director Ernesto Remani en 1948, que narran la situación de los lugares de Cristo a raíz del segundo conflicto mundial.

Sobre todo esto escribió en enero de 1955 en la Revista del Cinematógrafo Mario Verdone, uno de los mayores críticos de cine italianos y profesor de Historia y crítica de cine. En sus escritos, destacó el valor de la labor de los franciscanos en el campo de la cinematografía, que no se limitaba solo al aspecto espiritual y religioso, sino también al histórico, geográfico y humano.

“Los historiadores del cine tienden a catalogar estas películas dentro de la categoría “useful cinema”, es decir, cine amateur promovido por instituciones religiosas, educativas y profesionales para sus propios fines, sobre todo en los años 50 y 60”, comentó la profesora Mosconi. “Se trata de un cine quizá menor, pero que ha jugado un papel no secundario a nivel social: ha acercado el mundo de las imágenes en movimiento a personas que no eran espectadores habituales, ha trasmitido ideas nuevas y ha ampliado los temas tratados a materias inéditas, al servicio de propósitos colectivos”, concluyó Mosconi subrayando el potencial positivo de este cine “útil”, que ha contribuido a la alfabetización del público en las imágenes en movimiento. 

 

Giovanni Malaspina