La fiesta patronal de San Antonio en Jaffa

La fiesta patronal de San Antonio en Jaffa

La parroquia de San Antonio en Jaffa (Tel Aviv) celebró a su patrón, San Antonio, el 8 de junio, el sábado más cercano al día de la fiesta. Esto permitió una gran participación de todos los grupos que componen esta variada comunidad: filipinos en su mayoría, pero también africanos, indios, latinoamericanos, polacos, pertenecientes a la comunidad de lengua árabe y hebrea.

Se trata principalmente de trabajadores inmigrantes que, junto con sus familias, se reúnen el sábado para celebrar el Día del Señor (el domingo es día laborable en Israel). Varios coros animaron la liturgia, pero todos juntos cantaron con una sola voz la alegría de ser cristianos. La comunidad también acompañó a seis de sus hijos a recibir la Primera Comunión.

Embajadores de paz

La misa fue presidida por fray Francesco Patton, Custodio de Tierra Santa, junto con el párroco, fray Agustín Pelayo, los frailes de la comunidad de Jaffa y otros frailes y sacerdotes llegados para la ocasión. En su homilía, el Custodio señaló a San Antonio como figura profética para nuestros días. “También San Antonio vivió en un contexto social violento y como verdadero discípulo de San Francisco, intentó con todas sus fuerzas ser embajador de paz a favor de sus conciudadanos. A través de su predicación trató de educar para la paz a la gente de su tiempo”.

Recibir a Jesús y Su vida

En el momento de la comunión, seis niños de la comunidad filipina, árabe y de lengua hebrea recibieron por primera vez el sacramento.  “Dentro de poco recibiréis el cuerpo y la sangre de Nuestro Señor Jesucristo – se dirigió a ellos el Custodio –. El Cuerpo significa que recibiréis a Jesús personalmente: no un símbolo, sino al Jesús real. Y recibiréis Su sangre, es decir, Su vida, que os hará vivir como cristianos, como parte de Su cuerpo. Sed agradecidos, confiad vuestra vida al Señor, recibidlo con fe y amor”. El Custodio dio las gracias a fray Carlos Santos y a fray Apolinary Szwed que han formado y acompañado a estos niños en la catequesis.

Diferentes lenguas, un único Pan

Al final de la misa, el Custodio bendijo y repartió el pan de San Antonio. Es un signo de comunión para la comunidad parroquial, que es diversa en culturas y lenguas, pero comparte el mismo Pan, la Eucaristía. Fray Agustín, en nombre de la comunidad, regaló al Custodio un icono de San Antonio. Fray Patton prometió un recuerdo diario en su oración, confiando en la particular devoción, suya y de su familia, hacia el santo portugués, “sin el cual no habría nacido”. Después de la misa, las distintas comunidades presentaron algunos bailes y cantos tradicionales y compartieron una cena fraternal bajo el signo de la internacionalidad.

Marinella Bandini