La memoria de los Santos Inocentes: el vicario preside la solemnidad en Belén

La memoria de los Santos Inocentes: el vicario preside la solemnidad en Belén

“Estamos en el tercer milenio, pero en muchos lugares de la tierra la masacre de niños inocentes continúa trágicamente”

Tres días después de Navidad, la Custodia de Tierra Santa conmemora los Santos Inocentes en la gruta de Belén dedicada a ellos, con la celebración eucarística y las primeras vísperas, presididas por el vicario de la Custodia de Tierra Santa, fray Ibrahim Faltas.

De hecho, en la solemnidad del 28 de diciembre, la Iglesia recuerda la masacre de los niños ordenada por el rey Herodes con la intención de matar a Jesús, como se narra en el evangelio de Mateo (2,1-16), sin paralelismos en los demás evangelios canónicos: «Al verse burlado por los magos, Herodes montó en cólera y mandó matar a todos los niños de dos años para abajo, en Belén y sus alrededores, calculando el tiempo por lo que había averiguado de los magos».

La gruta de los Santos Inocentes

La misa se celebró en el altar de San José, adyacente a la gruta de la Natividad, que se supone es el lugar donde un ángel apareció en sueños a José para sugerirle que huyera a Egipto y salvara a Jesús de la masacre urdida por Herodes. A pocos metros se encuentra una fosa común, que la tradición identifica con la de los niños inocentes: aquí pueden verse tres arcosolios que contienen de dos a cinco fosas sepulcrales cada uno.

Asistió a la celebración también la fraternidad franciscana de Belén, entre ellos el guardián del convento de la Natividad, fray Luis Enrique Segovia, junto con algunos fieles y religiosos locales.

La figura de San José

«Acabamos de concluir las celebraciones navideñas, algo distintas a las de otros años: sin peregrinos, sin ese ambiente de fiesta que hace especial y única la Navidad en Belén, donde nació Jesús – dijo el vicario de la Custodia en su homilía – .Y la liturgia de hoy nos enfrenta a dos detalles: por una parte, nos muestra la figura de San José y su predisposición a aceptar el proyecto de Dios: siguiendo su ejemplo, nos invita a no tener miedo ante a nuestra propia vida, que a menudo está llena de noches difíciles de iluminar».

Una tragedia que se repite aún hoy

Pero, al mismo tiempo, existen el mal y la injusticia, que hoy más que nunca, con esta guerra inhumana están aplastando la vida de mucha gente.

«La matanza de los inocentes deseada por Herodes se repite dos mil años después – subrayó fray Ibrahim Faltas –. Hoy seguimos escuchando el llanto inconsolable de tantas madres que han perdido a su hijo, que lo acarician como si quisieran insuflarle vida y ternura en la brutalidad de la guerra. Este pasaje, por desgracia, no se quedó en el pasado, sino que ha atravesado los siglos y se ha acrecentado en nuestro presente. Hoy no solo recordamos un hecho narrado en el Evangelio, como si fuese una historia pasada que no nos pertenece, sino que lo estamos viviendo en primera persona. Debemos actuar y detener este escándalo intolerable, que convierte a los niños en víctimas».

El vicario de la Custodia de Tierra Santa concluyó con una exhortación: «Retengamos las palabras del apóstol Juan, que nos ayudan a entrar en el misterio de los Santos Inocentes: “este es el mensaje que hemos oído de Él y que os anunciamos: Dios es luz y en Él no existen las tinieblas».

Al finalizar las vísperas, por la tarde, se incensó la gruta de los Santos Inocentes tras una breve procesión con la que terminó la solemnidad.

Silvia Giuliano