A orillas del lago de Galilea, la fiesta del Primado de Pedro

A orillas del lago de Galilea, la fiesta del Primado de Pedro

Los franciscanos celebran el papel del Pedro en la Iglesia en el santuario de Tabga

A orillas del lago de Galilea, en Tabgha, los franciscanos custodian una pequeña iglesia de piedra oscura: aquí la tradición sitúa los acontecimientos del llamado “Primado de Pedro”, que la comunidad conmemoró el 17 de mayo, como cada año, al final del tiempo de Pascua.

Fray Francesco Patton, Custodio de Tierra Santa, presidió la celebración eucarística junto con fray Miguel Ramírez Arévalo, superior de la comunidad de Tabgha, Nikodemus Schnabel OSB, abad de la abadía de la Dormición de Jerusalén y los sacerdotes procedentes de Galilea.

También fue numerosa la asistencia de la comunidad de la parroquia de Nazaret, que también este año quiso estar presente en la solemnidad, a la que se unieron muchos religiosos y religiosas.

El relato del Primado de Pedro

En el capítulo veintiuno del Evangelio de Juan, se narra cómo Pedro, derrotado y humillado después de haber renegado del Maestro durante el proceso que lo condenó a muerte, fue a pescar al lago Tiberiades seguido de otros discípulos. La noche transcurrió sin éxito pero al amanecer, tras seguir las indicaciones del Señor resucitado, que había aparecido en el lago (“Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis”), se produjo la llamada pesca “milagrosa”.

Y aquí nuevamente el Maestro, mientras comía con los discípulos, le preguntó tres veces a Pedro si lo amaba más que los demás discípulos. Y tres veces, el mismo número que las negaciones, Pedro respondió afirmativamente. Jesús entonces encomendó a Pedro la autoridad, el Primado: “Apacienta mis ovejas”.

El Primado de Pedro en Tabgha

La capilla del Primado de Pedro recuerda este episodio: en el edificio de modestas proporciones, que se proyecta en el lago Tiberiades con su pequeña torre campanario, aparecen tres ventanas de estilo neogótico sobre su fachada a dos aguas, que se completa con un sobrio portal ligeramente abocinado. Propiedad franciscana desde finales del siglo XIX, el terreno donde se encuentra la capilla no pudo construirse hasta 1934.

La misa solemne

«Precisamente en esta orilla tuvo lugar el diálogo entre Jesús y Pedro, a través del cual Jesús le confió la tarea de cumplir su misma misión de “cuidado” de sus ovejas – subrayó en la homilía fray Ibrahim Sabbagh, párroco de la iglesia de la Santísima Anunciación en Nazaret –. Pero, ¿qué hay detrás de este cuidado, de esta misión encomendada a Pedro? Se basa en el amor a Jesucristo. Pedro no estaba dotado de los conocimientos adecuados, ni de las lenguas, para ser pastor… Lo que Jesús le pide, de hecho, no es otra cosa que amor a Él, una relación íntima con Él».

«Aquí, hoy – continuó fray Ibrahim – Jesús nos pregunta a cada uno de nosotros “si lo amamos más que estos”.  Sobre la base de su amor fuimos llamados como discípulos, y solo por su amor estamos llamados a vivir todo lo que nos ha sido confiado, ya sean obras o personas. También hoy le respondemos con los sentimientos de nuestro corazón diciéndole: Tú lo sabes todo, sabes que te amo…».

Durante la misa se utilizó el cáliz donado por el papa San Pablo VI durante su visita al lago como primer sucesor de San Pedro que peregrinó a Tierra Santa, en 1974.

Al final de la celebración, fray Miguel Ramírez, superior de la comunidad de Tabgha quiso expresar su sincero agradecimiento a todas las familias presentes y a quienes hicieron que la celebración fuera un éxito, a los hermanos y religiosos que se encargaron de la liturgia, al coro que animó la celebración y a la fraternidad de Tabgha.

La roca llamada Mensa Christi

La solemnidad concluyó con la procesión hasta la iglesia, un recorrido breve pero muy rico en significado: en su interior, de hecho, se conserva la roca llamada Mensa Christi, que según la tradición es aquella sobre la que Jesús, tras la pesca milagrosa, preparó la comida para sus discípulos y confirió el primado a Pedro. La roca fue incensada y, antes de la bendición solemne impartida por el Custodio, fray Mátyás Tarsoly proclamó el Evangelio relativo a la memoria de este lugar.

Silvia Giuliano

 

Silvia Giuliano