Testigos de la Pascua: la misión de San Pedro

Testigos de la Pascua: la misión de San Pedro (y de los cristianos)

El sábado 24 de febrero, en la iglesia de San Pedro en Tiberíades, el Custodio de Tierra Santa presidió la misa solemne de la Cátedra de San Pedro

La pequeña iglesia de San Pedro en Tiberíades, a pocos metros del lago del mismo nombre, en cuyas orillas Jesús llamó y enseñó a sus discípulos, se llenó de fieles el sábado 24 de febrero para la celebración solemne de la Cátedra de San Pedro.

La Cátedra

Con esta fiesta, la Iglesia conmemora la particular “misión de maestro y pastor conferida por Cristo a Pedro, constituido por él, en su persona y en la de sus sucesores, en principio y fundamento visible de la unidad de la Iglesia” (Misal Romano). La Cátedra es la sede fija del Papa y de los obispos y se encuentra en la iglesia madre de cada diócesis (de ahí el nombre de “catedral”). Es el símbolo de la autoridad del obispo en la Iglesia local y del Papa en la Iglesia universal, como Pedro en el colegio apostólico.

La misión de Pedro

La misa fue presidida por el Custodio de Tierra Santa, fray Francesco Patton, que en su homilía subrayó las dos tareas de San Pedro: dar testimonio del misterio pascual y cuidar del rebaño de Dios. “Pedro anuncia ante todo el mundo el misterio pascual, los sufrimientos de Cristo y su gloria. Pedro desempeña su servicio de guía para la Iglesia con el testimonio personal de su vida y su palabra.  Debemos rezar por Pedro y por su sucesor, para que sea fiel a esta doble misión”. También nosotros – exhortó – “debemos ponernos en el lugar de Pedro y convertirnos como él en testigos de la Pascua, testigos de la esperanza”.

La misión de los cristianos

La misa contó con mucha asistencia – con numerosos fieles que siguieron la misa desde fuera – con la presencia de grupos de la parroquia de Tiberíades y de pueblos cercanos, pero también de Nazaret y de Jerusalén. Se hallaba presente una representación de la comunidad católica de lengua hebrea y los miembros de la Koinonía Juan Bautista, a la que está encomendado el cuidado del santuario y de la parroquia.

Al final de la celebración tuvo lugar una breve procesión en el exterior de la iglesia: el Custodio incensó la estatua de San Pedro – copia de la que se encuentra en la basílica de San Pedro en Roma – e impartió la bendición final. La jornada concluyó con un momento de convivencia en el salón parroquial, junto con los fieles.

Marinella Bandini

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