Un brote en la roca, celebración del centenario en Getsemaní

Un brote en la roca, celebración del centenario en Getsemaní

La tarde del viernes 19 de abril, en la basílica de la Agonía en Getsemaní, el Ministro General de la Orden de los Frailes Menores, fray Massimo Fusarelli, presidió la misa propia del santuario e inauguró la exposición del centenario de su dedicación.

De restauración a símbolo del siglo XX

En sus palabras de saludo al comienzo de la celebración, el Custodio de Tierra Santa, fray Francesco Patton, recordó que la idea inicial del Custodio de la época, Ferdinando Diotallevi, era la de restaurar la basílica anterior, destruida por los turcos.

El arquitecto Antonio Barluzzi, encargado del proyecto, propuso en cambio “la obra más universal que se pueda realizar en la actualidad. Será el templo de toda la cristiandad y el único santuario que represente ante Dios el alma religiosa del siglo XX (…) un reflejo del estado de ánimo colectivo en el ámbito del sentimiento religioso y el arte”. La idea rectora, inspirada en la Carta a los Hebreos, fue la de Cristo como sumo sacerdote perfeccionado por los méritos de su sacrificio único.

Flores en la tierra árida

“Sabemos que entre las rocas, en la tierra árida, pueden nacer flores”, dijo el Ministro General en su homilía. Tres son las que destacó, a partir de las lecturas: la humillación del “siervo obediente” que se convierte en curación para la humanidad, la obediencia que Jesús “aprendió de lo que sufrió” y la vigilancia: “En la prueba, la actitud que Jesús indica no es la de resistirse contra los sentimientos de miedo y angustia, sino la vigilancia, permanecer despiertos, no dejarse abrumar por el sufrimiento”.

Un brote en la roca

La basílica de la Agonía “nos hace entrar en las tinieblas, en la oscuridad de la agonía de Jesús, pero la poca luz que consigue filtrarse nos recuerda que hay un brote que crece como raíz en tierra árida (cfr. Is 53,2).  “Podemos dejarnos abrumar por la oscuridad y las tinieblas, podemos resignarnos o buscar explicaciones humanas a lo que sucede. Pero aquí, alrededor de esta piedra, podemos reconocer las flores y los brotes que ya están naciendo, invisibles a los ojos en el momento presente. Vosotros, que vivís en esta tierra, a través de vuestra oración, vuestra vida y vuestro servicio, tenéis la tarea de reconocer y acompañar el crecimiento de estos brotes para que nada se pierda, sino que se convierta en semilla de vida nueva.

Basílica de las naciones

Al finalizar la misa se inauguró la exposición “Lux Tenebra” en la basílica de la Agonía, gemela de la inaugurada el 16 de abril en el Tabor. Como hace cien años, pocos años después de la Primera Guerra Mundial, muchos países contribuyeron con sus donaciones a construir esta basílica, hasta el punto de que mereció el sobrenombre de “basílica de las naciones”. La presencia de varios representantes del cuerpo diplomático confirmó que esa universalidad imaginada por Barluzzi sigue siendo una realidad hoy.  El Ministro General tuvo el honor de “cortar la cinta”. La exposición podrá visitarse en el interior de la basílica hasta finales de año.

Marinella Bandini