En la cima del Tabor se encuentra de frente una encrucijada. A la izquierda se va al santuario griego. A la derecha, atravesando la puerta del viento, se entra en la propiedad de los franciscanos donde, en primer lugar, se encuentra - a la izquierda – un pequeño cementerio, y cerca la capilla de los Descendentibus. Es un edificio sencillo, sin vidrieras, construido en estilo bizantino y reconstruido en 1923. El nombre alude al descenso de los apóstoles del Tabor: “Cuando bajaban del monte, les ordenó que no contasen a nadie lo que habían visto hasta que el Hijo del hombre resucitara de entre los muertos. Esto se les quedó grabado y discutían qué quería decir aquello de resucitar de entre los muertos. Le preguntaron: «¿Por qué dicen los escribas que primero tiene que venir Elías?». Les contestó él: «Elías vendrá primero y lo renovará todo. Ahora, ¿por qué está escrito que el Hijo del hombre tiene que padecer mucho y ser despreciado? Os digo que Elías ya ha venido y han hecho con él lo que han querido, como estaba escrito acerca de él»” (Mc 9,9-13).
Se han llevado a cabo excavaciones arqueológicas desde el siglo XIX. En 1921-24 los franciscanos construyeron la actual basílica, de estilo siro-romano: primera obra del arquitecto Antonio Barluzzi, que después trabajó durante décadas a beneficio de los frailes. El área de la basílica comprende el terreno venerado desde la época bizantina. Los dos campanarios se alzan sobre los antiguos oratorios de Moisés y Elías, y las dos capillas respectivas están dedicadas a estos dos grandes personajes bíblicos que aparecieron junto a Jesús durante la Transfiguración. El interior de la iglesia está dividido en tres naves. Desde las naves laterales, las gradas llevan al altar mayor, elevado, coronado por el mosaico de la Transfiguración de Cristo. Otra escalinata, tan ancha como la nave central, baja a la cripta abierta, en la que se conserva el antiguo ábside. Los mosaicos de la cripta profundizan en el significado de la transfiguración: Jesús ascendió a varias figuras sucesivamente, a través de su nacimiento en la tierra, la institución de la eucaristía, su sacrificio en la cruz y su resurrección.
Al norte – a la izquierda – de la basílica, se hallan las ruinas del monasterio benedictino medieval. Se puede ver una capilla y, algo más atrás, la sala capitular y el refectorio. El torreón de vigilancia al sur – a la derecha – de la iglesia es obra de los sarracenos, mientras que los restos de las murallas defensivas, más abajo, se remontan a la época romana.
La vista desde las terrazas
Las terrazas situadas a los lados de la basílica ofrecen un panorama magnífico. Al este, más allá del cauce del Jordán y del lago de Genesaret, se ven los Altos del Golán y de Basán, así como las alturas jordanas de Galaad atravesadas por el valle del Yarmuk. Hacia el sur, la vista se extiende sobre los montes de Samaria y el monte Gilboa, que sobresale hacia el norte, y también sobre el pequeño Hermón en cuyas laderas septentrionales se entrevé Naín. A lo lejos hacia el oeste, la silueta alargada del Carmelo; en primer plano, la zona montañosa de la Baja Galilea con Nazaret, de la que, sobre todo, es visible el moderno barrio de Nazaret Illit. Al norte se recortan los montes de la Alta Galilea con la ciudad de Safed y – si el cielo está despejado – incluso el verdadero Hermón, que permanece cubierto de nieve hasta el comienzo del verano.
En el claro frente al santuario se alza el convento franciscano, construido en 1873-75, con la Casa nova anexa, es decir, el albergue de peregrinos. La comunidad Mondo X ofrece desde 2006 un valioso servicio a favor de los peregrinos y del mantenimiento del vasto complejo. Se trata de una asociación italiana de ex toxicómanos, creada en 1961, que a día de hoy comprende unas cuarenta comunidades situadas en su mayoría en la península. Después de una terapia orientada a liberarse de las restricciones de las necesidades físicas, los asociados a Mondo X intentan construir una existencia sin drogas a través de un rígido horario diario, trabajo manual y vida espiritual.
La parte norte del monte está ocupada por las propiedades de los ortodoxos griegos, a las que solo está permitido acceder a los peregrinos de la Iglesia ortodoxa. La iglesia de San Elías fue construida en 1911 sobre los cimientos de un templo cruzado, pero en todo caso se asienta sobre cimientos originalmente bizantinos, como muestra el pavimento de mosaico. Hacia el oeste – tomando el sendero a la izquierda de la puerta del viento – se encuentra una gruta en la que los peregrinos medievales honraban la morada del célebre Melquisedec, que bendijo a Abraham y recibió a cambio los diezmos (Gen 14,18-20). La gruta fue restaurada en 2009, pero normalmente está cerrada.