Primera peregrinación al Dominus Flevit: el silencio de los que sufren

Primera peregrinación al Dominus Flevit: el silencio de los que sufren

El miércoles 28 de febrero, en el santuario franciscano del Dominus Flevit, en el Monte de los Olivos, los frailes franciscanos realizaron su primera peregrinación cuaresmal.

Las “peregrinaciones” son citas litúrgicas semanales que se llevan a cabo en los lugares de la ciudad santa donde se recrean los hechos vinculados a la Pasión de Jesús. Los cristianos pueden así realizar durante el tiempo de Cuaresma una meditación especial a través de visitas, paradas y oración exactamente en los lugares relacionados con los recuerdos prepascuales.

El Dominus Flevit

La primera etapa de las peregrinaciones tiene lugar tradicionalmente en el santuario del Dominus Flevit. En 1956 los franciscanos decidieron reconstruir desde cero el lugar de culto ligado al recuerdo del episodio evangélico en el que Cristo, al ver Jerusalén, lloró sobre la ciudad y profetizó su destrucción (Lc 19, 41-44).

El arquitecto Barluzzi decidió entonces adaptar la capilla franciscana al tema que le da nombre (literalmente “el Señor lloró”). En el nuevo edificio, construido con planta de cruz griega, la cúpula tiene una particular forma de gota, que recuerda una lágrima. El visitante se sumerge así en el llanto de Cristo, y en el siguiente reproche: «¡Si reconocieras tú también en este día lo que conduce a la paz!» (Lc 19,42). En el interior, por encima del altar, se puede admirar el paisaje de Jerusalén a través de una vidriera con el cáliz de la Última Cena.

Las homilías de las peregrinaciones este año se han confiado a fray Paolo Messina, guardián del convento de los capuchinos de Jerusalén y profesor de hebreo en el Studium Biblicum Franciscanum. Fray Paolo decidió enfocar todas las homilías en torno al tema del “silencio”: El silencio – comenzó – puede ser un lenguaje muy poderoso. Puede expresar alegría, serenidad. Pero también hay un silencio que esconde un profundo dolor y un sufrimiento agudo: es el silencio que experimentan quienes son condenados injustamente o los que están solos, y se convierte casi en un muro impenetrable para los demás, difícil de derribar».

El silencio de quienes sufren

Durante la celebración eucarística, presidida por fray Piermarco Luciano, vicario de la fraternidad de San Salvador y concelebrada por el superior del santuario, fray Sebastiano Eclimes, fray Paolo centró su meditación sobre el silencio de quienes sufren.

«Jesús alza la vista sobre la ciudad de Jerusalén – subrayó fray Paolo en la homilía (aquí el texto completo) – y en ese periodo de tiempo encuentra espacio el silencio de quienes sufren. Quizá nosotros imaginamos al hermano que sufre en silencio como una persona aislada, solitaria, pero con más frecuencia se trata del hombre que está a mi lado, mientras yo celebro.  Es mi hermano y mi hermana, junto al cual vivo distraído. Es el silencio que invade las ciudades destruidas de Ucrania, o el que habita en las calles desiertas de Gaza, que ni siquiera podemos imaginar porque ni siquiera lo vemos».

«Como Jesús – continúa fray Paolo – estamos llamados a escuchar compasivamente este silencio, el silencio de los que sufren, incluso al precio de derramar nuestras lágrimas. La solidaridad que nos enseña el Evangelio nos empuja a buscar este silencio, no a rehuirlo. Nos impulsa a cuidarlo y transformarlo en una oportunidad de amor y de sanación interior».

Silvia Giuliano

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