8.ª edición de la Oración extraordinaria de todas las Iglesias por la Reconciliación, la Unidad y la Paz | Custodia Terrae Sanctae

8.ª edición de la Oración extraordinaria de todas las Iglesias por la Reconciliación, la Unidad y la Paz

LA OCTAVA CONVOCATORIA DE LA ORACIÓN EXTRAORDINARIA DE TODAS LAS IGLESIAS SE CELEBRARÁ DURANTE LA VIGILIA DE PENTECOSTÉS DE LOS ORTODOXOS EN LA IGLESIA ARMENIA CATÓLICA DE JERUSALÉN, SITUADA EN LA 3.ª Y 4.ª ESTACIONES DEL VÍA CRUCIS, DONDE SE RECUERDA EL ENCUENTRO DE JESÚS CON SU MADRE Y TODOS LOS DÍAS SE CELEBRA LA ADORACIÓN EUCARÍSTICA


Con el deseo de estar en comunión con las Iglesias ortodoxas, la Iglesia armenia católica de Jerusalén ha elegido la vigilia de Pentecostés de los ortodoxos –el sábado 2 de junio de 2012, a las 18.00 horas de Tierra Santa- para acoger la octava Oración extraordinaria de todas las Iglesias para la Reconciliación, la Unidad y la Paz, empezando por Jerusalén.

La Oración extraordinaria de todas las Iglesias nació durante una vigilia de oración en el Santo Sepulcro celebrada por unos pocos representantes del clero y de los laicos en el año 2005 y tiene como inspiración la urgencia de una gran oración de intercesión a Dios Padre por nuestro tiempo que implique a todas las Iglesias, comenzando por la de Jerusalén. Una oración ferviente y asidua, nacida de forma espontánea en el corazón de los cristianos e inspirada por el Espíritu Santo. Se trata de una oración fundamentalmente gozosa, porque los participantes se adhieren, por su misma naturaleza, a la Unidad por la que Cristo tanto rezó (Jn 17,21) y que es, intrínsecamente, fuente de alegría. Es una oración de todos, pues solo es necesario unirse a las intenciones de la misma, cada sábado a las 18 horas locales, y ponerse en oración, en comunión con todos los participantes. La Unidad, de hecho, es antes que nada una verdad espiritual que se manifiesta de modo especial en la comunión de oraciones. Los cristianos que rezan y celebran unidos aceptan entrar en la dimensión de eternidad que les libera del mal.

Las intenciones de la oración común son la Reconciliación, la Unidad y la Paz con Dios y, en Dios, los unos con los otros, tanto a nivel individual como colectivo; en primer lugar, en el interior de la Iglesia y, después, en todo el mundo a través de la Iglesia. La falta de Paz en la Iglesia no es solo un anti-testimonio del mensaje de Cristo sino que es, sobre todo, una realidad espiritual negativa que debilita su fuerza espiritual. La Iglesia de Jerusalén, la «Madre de todas las Iglesias», utilizando, cada vez, las palabras de una de las tantas ricas tradiciones cristianas representadas en la Ciudad Santa por las distintas Iglesias, llama a toda la Iglesia a su misión primera y a todas las naciones a escuchar la predicación de la «conversión y del perdón de los pecados» proclamados en el nombre de Cristo, «empezando por Jerusalén» (Lc 24,47). Las tres intenciones de la Oración extraordinaria son también un acto de fe en la Divina Misericordia, que conoce la limitación de nuestras fuerzas.

La liturgia de la Iglesia armenia católica para Pentecostés, que se corresponde en gran medida con la liturgia de la Iglesia armenia ortodoxa, prevé la bendición de los cuatro ángulos de la tierra, con la lectura de los cuatro Evangelios y una invocación al Espíritu Santo en cada punto cardinal. A la bendición de los cuatro ángulos de la tierra le sigue la recitación de la oración de Vísperas, dedicada a la glorificación de la Santísima e inseparable Trinidad, y particularmente a la invocación de la Luz, del Espíritu Santo, del Dador de todo don, del Dador de la Paz.