Al servicio de Tierra Santa | Custodia Terrae Sanctae

Al servicio de Tierra Santa

2012/07/24

Al servicio de Tierra Santa

Hombre
“Soy Giuseppe, tengo veintisiete años y vengo de Bari”.

Hombre
“Nando, vengo de Molise y he estudiado en Florencia”


Hombre
“Soy David y vengo de una población en la provincia de Como”.

Hombre
Me llamo Alessandro, vengo de Brescia, tengo 25 años.

Giuseppe, Ferdinando, David y Alessando: son los jóvenes llegados a Tierra Santa el pasado marzo para llevar a cabo el Servicio Civil, realizado por la Universidad de Bari. Y ya es el segundo año que el Ateneo de Puglia ha decidido ofrecer esta oportunidad a diez jóvenes graduados: dedicar un año de su vida a un servicio voluntario de gran valor educativo. Y las tareas asignadas por parte de la Custodia, que los acoge, son de lo más variadas.

Hombre
“Me ocupo de la catalogación del estudio preliminar de las lámparas bizantinas”.

Hombre
“Se me ha asignado a la Oficina Técnica de la Custodia y he empezado a ocuparme de catalogar todos los bienes artísticos y arquitectónicos propiedad de la Custodia”.

Hombre
“Mi tarea es catalogar todas las ediciones antiguas de los siglos XV, XVI, XVII y XVIII”.

Hombre
“Otro chico y yo soms los encargados de catalogar el material arqueológico contenido en el interior del museo”.

Y después está el hecho de residir en Jerusalén, que hace el trabajo todavía más rico y fascinante. El Servicio Civil en el ámbito de la actividad cultural y de preservación del patrimonio artístico de la Custodia de Tierra Santa ayuda a conservar el inmenso patrimonio de los franciscanos de Tierra Santa. Pero también da la posibilidad, no concedida a todo el mundo, de estar en contacto con los lugares de Cristo.

Hombre
“Nunca habría pensado estar aquí, tan cerca, trabajar en lugares santos a diario y pasar ante estos sitios y frecuentarlos como si fueran mi casa”.

Hombre
“Bueno, la posibilidad de vivir una experiencia única, tanto desde el punto de vista profesional como humano”.

Hombre
“De unir a un compromiso civil también una fuerte vivencia religiosa”.

Hombre
“Además hay todo un aspecto humano que es único, porque la posibilidad de trabajar aquí, en Jerusalén, se concede a poquísima gente”.

Y basta contemplar sus rostros para entender la riqueza que una oportunidad de este tipo puede ofrecerles. Es realmente una experiencia que enriquece a su bagaje de conocimientos, y que añade recuerdos que ningún plan de estudio será capaz de contener nunca.

Hombre
“Lo primero que destacaría sería la puesta de sol con la cúpula del Santo Sepulcro”.

Hombre
“Todos las personas que he conocido en estos seis meses que dan un valor añadido a la experiencia vivida aquí en Jerusalén”.

Hombre
“Las manos que he estrechado, todas las personas que he tenido oportunidad de tocar, de conocer”.

Hombre
“Las sonrisas de la gente”.