«Allí donde hay un franciscano, hay una clarisa y, donde hay una clarisa, hay un franciscano» | Custodia Terrae Sanctae

«Allí donde hay un franciscano, hay una clarisa y, donde hay una clarisa, hay un franciscano»

A principios de enero fray Donaciano hizo visitar Tierra Santa a un grupo insólito de peregrinos: todas religiosas contemplativas, todas mexicanas destinadas a convertirse en «piedras vivas» de Tierra Santa, cristianas en Nazaret. Estas ocho jóvenes clarisas de la provincia de Zacatecas, en el centro de México, han respondido a una llamada realizada por la madre Françoise de la Virgen, abadesa del monasterio de Nazaret, a causa del envejecimiento de su comunidad. Las jóvenes clarisas han dejado su país, su cultura, su convento para refundar el de la ciudad de la Anunciación y unirse a las seis religiosas del lugar, mientras que la madre Françoise ha regresado a Francia.

Para la nueva comunidad los desafíos son múltiples. La primera etapa necesaria es aprender las lenguas: el francés y el español para comunicarse mejor en el seno del convento, el inglés como lengua internacional, el italiano para las mismas cotidianas celebradas por los franciscanos de Nazaret, el árabe para los vecinos y amigos de la comunidad, el hebreo para los documentos oficiales… Aceptar y enriquecerse de la diversidad cultural entre mexicanas, francesas, libanesas y marfileñas, pero también aceptar la diferencia generacional entre religiosas de menos de 40 años y de más de 65 años es un camino arduo pero magnífico. La madre Felipa, la nueva abadesa, sonríe confiada: «El Señor hará su obra»; «Poco a poco», añade en francés con una gran sonrisa.

En esta primera etapa las religiosas no están solas. Aunque el monasterio tiene una gestión autónoma, el patriarca latino de Jerusalén ha delegado a un sacerdote para seguir y acompañar a la comunidad. Se trata generalmente de un franciscano, por los vínculos existentes entre los dos Órdenes. Desde hace varios años, fray Stéphane Milovitch ofm ha acompañado en las religiosas francófonas en su proyecto de refundación, animándolas con su mirada externa, a veces necesaria. Ahora está asistido por fray Donaciano Paredes ofm, que como todos los frailes mexicanos ha sido formado en la misma provincia de Zacatecas. «Como hablo la misma lengua de las religiosas, fray Stéphane me pidió que le ayudara. En la primera parte del proyecto, me he esforzado en responder a las demandas de la religiosas para que tengan una idea clara de trabajo que les espera. Después las he acogido, visitándolas, asistiendo a la ceremonia del traspaso de poderes con el patriarca, Mons. Twal, y el obispo de Nazaret, Mons. Marcuzzo. Hemos hecho también algunos días de peregrinación. Es importante para estas religiosas, mujeres de fe, descubrir los Santos Lugares antes de integrarse plenamente en su nueva vida en el monasterio. El misterio de la Encarnación las ha animado a venir aquí. La peregrinación les ha confortado en la elección dando una motivación suplementaria».

De los cuatro monasterios de clarisas en Oriente Medio, dos están en Tierra Santa: en Jerusalén y Nazaret. En el curso de la última década, el de Jerusalén ha sido refundado por religiosas italianas, apoyadas por el acompañamiento de la Custodia. Desde entonces, al signo de la vitalidad reencontrada, una joven ha entrado en el noviciado y ha pronunciado sus primeros votos.

En Nazaret, las religiosas mexicanas quieren dar un nuevo dinamismo al monasterio que cuenta con más de catorce religiosas. La madre Felipa subraya: «Deseamos infundir una nueva energía, aprender las unas de las otras y dar un nuevo rostro al monasterio». Riendo, evoca las partidas de juegos de mesa y de vóleibol entre las religiosas, «¡Es importante hacer deporte!». Y, cuando explica el papel de las clarisas, está radiante: «Nuestra vida de clarisas es como una llama que ilumina silenciosamente. Misioneras del claustro, rezamos por Tierra Santa y por el mundo en el silencio de nuestra humilde vida ordinaria, consagradas al Extraordinario».

Las religiosas trabajan para ganarse la vida: fabricación de las ostias para los santuarios vecinos y, en breve, creación de ornamentos para los sacerdotes. Preparan y venden también rosarios en madera de olivo y cuerda, pero también postales con flores secas de Tierra Santa. Situadas a solo quince minutos a pie de la basílica de la Anunciación, acogen con frecuencia a grupos de peregrinos, porque el Beato Carlos de Foucauld transcurrió tres años en su comunidad, de 1897 a 1900. Un pequeño museo expone objetos de su propiedad.

«Desde nuestra llegada, nos sentimos muy apoyadas por el patriarca, por nuestros hermanos franciscanos y por el Señor», añade la madre abadesa. Para la Custodia es normal acompañar a las clarisas de Tierra Santa. «Del único carisma de san Francisco y santa Clara nacieron las dos Órdenes, dos modos de vida, apostólico y contemplativo. Es importante que los dos pulmones de nuestro carisma estén presentes en torno a los santuarios de Tierra Santa», testimonia fray Stéphane. Fray Donaciano añade: «Su presencia, su fraternidad y su oración nos ayudará en las dificultades que podamos encontrar. Durante la peregrinación, cuando los frailes se han encontrado con las nuevas clarisas, siempre les han pedido «Rezad por nosotros». Este segundo pulmón nos aporta el oxígeno. Una religiosa me escribió un día: "Allí donde hay un franciscano, hay una clarisa y, donde hay una clarisa, hay un franciscano". Pienso que es precisamente así. Es importante que la familia esté al completo». Si las religiosas de clausura no pueden visitar a los frailes, esto se acercan a ellas con alegría: para predicar los retiros, celebrar la misa, hablar... Algunos frailes han decidido celebrar en el monasterio su primera misa. Y cuando se pregunta a un franciscano cuál es la relación con las clarisas, y lo confirma: «Tengo la sensación de que somos de la misma familia. Es extraño, no sabría explicarlo, pero es exactamente el sentimiento de sentirse en familia». Una familia que ha crecido en este 2015 y que reza ahora por las futuras vocaciones.

Para contactar con las clarisas de Nazaret:
Monasterio Santa Clara
BP 50588
16135 Nazaret (Israel)
+972 4 6559961
clairemarie1884@gmail.com o clairemarie1884@bezeqint.net

© main picture : Latin Patriarcate of Jerusalem

Hélène Morlet