Aquí, la muerte termina, pero el amor dura eternamente: Santa misa de Resurrección con S.E. el Card. Mons. Carlos Amigo Vallejo | Custodia Terrae Sanctae

Aquí, la muerte termina, pero el amor dura eternamente: Santa misa de Resurrección con S.E. el Card. Mons. Carlos Amigo Vallejo

Iglesia parroquial de San Salvador, Jerusalén. 17 de noviembre de 2011

En la tarde del 17 de noviembre, la iglesia parroquial de San Salvador ha acogido al grupo de 150 peregrinos españoles de la diócesis de Sevilla que han llegado a Tierra Santa junto a S.E. el cardenal Carlos Amigo Vallejo, perteneciente a la Orden de los Hermanos Menores y que, desde 2009, es arzobispo emérito de Sevilla. Cuando, en los años setenta, fue nombrado arzobispo de Tánger, en Marruecos, el cardenal Amigo trabajó intensamente para promover el diálogo interreligioso y el ecumenismo, favoreciendo el establecimiento de relaciones diplomáticas entre Marruecos y la Santa Sede. En 1982 se convirtió en arzobispo de Sevilla y además, entre otros cargos, fue nombrado miembro de la Comisión Pontificia para América Latina, presidente de la Comisión Episcopal para las Misiones y la Cooperación entre las Iglesias y miembro del Consejo Pontificio para los Trabajadores Sanitarios (para la pastoral de la salud).

Los peregrinos llegan a la iglesia en pequeños grupos, cansados pero contentos después de una intensa jornada de visitas a los Santos Lugares de Jerusalén, y toman puesto en los bancos, a la espera de asistir a la santa misa celebrada por el cardenal Amigo. Junto al cardenal, como concelebrantes, están presentes en el altar los sacerdotes de las parroquias diocesanas que han organizado la peregrinación. La celebración, animada con numerosos cantos en lengua española, se desarrolla en un clima de intensa participación y sigue la liturgia de la santa misa de Resurrección, con la lectura del discurso de san Pedro (Hch 10,34a.37-43), de las palabras de san Pablo que invitan a la unión con el Cristo celeste, principio de la vida nueva (Col 3,1-4), y del texto del evangelio de san Juan sobre la resurrección de Jesús y la tumba vacía encontrada por María Magdalena y los apóstoles la mañana del domingo (Jn 20,1-9). En su sugerente homilía, el cardenal Amigo ha puesto el acento en el inmenso valor de la resurrección de Cristo, que sucedió justamente en Jerusalén, y que abre las puertas de la vida a todos los hombres. «Como todos los padres, Dios no puede aceptar que su Hijo esté abandonado a la muerte y le restituye la vida. Cristo, por tanto, vive para siempre e indica a cada hombre su destino de vida. Nosotros tenemos la necesidad de esta fe; es decir, de saber que Cristo ha resucitado de entre los muertos y se ha mostrado vivo a los apóstoles. La fe consiste precisamente en amar y confiar en Dios con toda el alma, como María a los pies de la cruz. Porque la muerte termina pero el amor dura eternamente. Y la resurrección de Cristo es la más alta expresión de amor de Dios, que vacía el sepulcro y que pone nuestra vida en comunión con la vida de Cristo, vivo para siempre».

Tras la comunión, uno de los participantes entona –con una bella voz de tenor- un canto latino dedicado a la Virgen. Introducido por este emotivo momento, el cardenal Amigo, antes de concluir la celebración, muestra su agradecimiento a la Custodia que, con afecto y disponibilidad, le acoge con motivo de su peregrinación a Tierra Santa, y a los frailes franciscanos, que desde hace muchísimas generaciones conservan y animan los Santos Lugares en beneficio de la Iglesia y de toda la Cristiandad. Finalmente, el cardenal expresa su profundo reconocimiento y alegría por haber tenido la oportunidad de celebrar la santa misa con la estola y las vestiduras litúrgicas utilizadas por el Santo Padre, Benedicto XVI, durante su visita apostólica a Tierra Santa, en mayo de 2009. Terminada la celebración y antes de abandonar la iglesia, cada uno de los participantes en la peregrinación ha recibido como regalo de parte de los frailes franciscanos de la Custodia un pequeño estuche que contenía el volumen en lengua española {La presencia franciscana en Tierra Santa} (Franciscan Printing Press, Jerusalen 2011), un óptimo instrumento a modo de introducción para conocer la historia y las distintas actividades de la Custodia de Tierra Santa; un opúsculo de presentación de ATS – Pro Terra Sancta, la ONG que apoya las obras y proyectos de los franciscanos, un folleto informativo de las publicaciones de que dispone la Custodia y un rosario de madera de olivo.
Una ocasión concreta para acercarse a la vida de fe y al intenso trabajo que, en gran parte gracias a la presencia franciscana, animan constantemente la Tierra Santa. Un lugar que, como recuerda el cardenal Amigo, «nos llena de grandes sentimientos cuando pensamos en su extraordinaria importancia para nuestra vida. El lugar en el que el Señor se hace íntimamente cercano y nos desvela que la muerte no tiene la última palabra».

Texto de Caterina Foppa Pedretti