Basílica de la Natividad-iglesia de Santa Catalina, Belén. 24-25 de noviembre de 2012 | Custodia Terrae Sanctae

Basílica de la Natividad-iglesia de Santa Catalina, Belén. 24-25 de noviembre de 2012

Ingreso solemne del custodio en Belén
La primera semana de Adviento es una semana especial, como todos los años, por la solemne entrada del padre custodio de Tierra Santa en Belén con motivo de la festividad de santa Catalina, patrona de la parroquia franciscana.

La tradicional fiesta comenzó el sábado por la mañana, en la sala del Diván del convento de San Salvador de Jerusalén, una ocasión que todos los años reúne en un clima distendido al mujtar, Sr. Yacob Amir, acompañado de otros parroquianos, al custodio, fray Pierbattista Pizzaballa, al vicario custodial, fray Artemio Vítores y al párroco de San Salvador, fray Firas Heyazin. Al finalizar el acto, la caravana de automóviles, escoltada por la policía israelí, saliendo de la Puerta Nueva, tomó la larga carretera que lleva a Belén.
La primera parada se realizó en el convento de San Elías, «Mar Elías». En este antiguo monasterio bizantino se recuerda el lugar donde descansó el profeta Elías durante su viaje al monte Oreb, desde el monte Carmelo, para huir de la ira de la reina Jezabel (1Re 19,4-8). En este punto termina la jurisdicción parroquial de Jerusalén y se entra en la de la parroquia de Beit Yala (Palestina).
El custodio en su ingreso fue acogido con gran alegría por el párroco, el padre Ibrahim Shomali, las autoridades civiles israelíes y toda la comunidad cristiana de Beit Yala.
Tras el intercambio de saludos, a la caravana se unión un nuevo grupo. Solo tres veces al años se permite franquear la frontera del Estado de Israel, superando el muro de separación, a los vehículos procedentes de los territorios bajo control de la Autoridad Nacional Palestina.
Una vez pasada la tumba de Raquel, la escolta militar israelí fue sustituida por la policía palestina, que acompañó al padre custodio hasta la plaza del Pesebre, en Belén.
Esperando al custodio en la plaza había un nutrido grupo de estudiantes de las distintas escuelas de Tierra Santa y del Instituto San José, así como de los exploradores, vestidos con sus variopintos uniformes, junto a las autoridades locales y a la nueva alcaldesa de Belén, la Sra. Vera Babun. En la zona de entrada a la basílica, fray Artemio Vítores, vicario custodial, fray Stèphane Milovitch, guardián del convento de Santa Catalina y los seminaristas de la Custodia, junto a muchos parroquianos, han recibido al custodio.
Después de los saludos a los religiosos franciscanos, a los representantes de las Iglesias ortodoxas y a las autoridades civiles, el custodio ha entrado solemnemente en la iglesia de Santa Catalina atravesando la basílica de la Natividad, llena de fieles locales y peregrinos.
El rito ha comenzado con el beso de la Cruz en la entrada de la iglesia, acompañado por las notas del Te Deum, y después el custodio se ha dirigido al altar mayor. Tras el saludo de bienvenida del párroco, fray Maruán Deides, el custodio ha saludado a los presentes y ha hecho entrega a la nueva alcaldesa de una Biblia, un rosario y un crucifijo. La Sra. Babum ha respondido dándole las gracias y ha declarado que su misión, aunque difícil, estará iluminada por la luz de la Palabra.
Al finalizar la celebración, el custodio ha impartido a todos los presentes la bendición solemne. En el claustro de la iglesia, un momento fraterno y de intercambio de felicitaciones ha puesto el punto final a la ceremonia, que se ha desarrollado en un clima menos solemne que otras veces en solidaridad con las familias de las víctimas de Gaza.
Por la tarde el padre custodio ha presidido la celebración de las primeras vísperas con la procesión a la Gruta de la Natividad.
El domingo 25 de noviembre, fiesta de Cristo Rey, el custodio ha presidido la celebración solemne de la santa misa en la iglesia de Santa Catalina.
Los franciscanos están presentes en Belén desde 1347, en el mismo convento que hoy se halla junto a la basílica de la Natividad. La iglesia dedicada a la santa mártir Catalina, construida en el siglo XII, fue con posterioridad ampliada y modificada.