Bendición abacial de Dom René Hascoët, abad de Latrún | Custodia Terrae Sanctae

Bendición abacial de Dom René Hascoët, abad de Latrún

14 Noviembre 2011

El domingo 13 de noviembre, la Iglesia de Tierra Santa ha celebrado la bendición abacial de Dom René Hascoët, quinto abad de la comunidad de monjes trapenses de Latrún.

De manos de Mons. Giacinto Boulos Marcuzzo, Dom René recibió las insignias de su cargo: la Regla de san Benito, la mitra, el anillo y el bastón pastoral.

«Esta bendición es pública –ha dicho Mons. Marcuzzo en su discurso al nuevo abad- para demostrar cómo los monjes están arraigados en la Iglesia local y en la Iglesia local. Este es el motivo por el que la lleva a cabo el obispo».

Además de Mons. Marcuzzo, también estaban presentes el nuncio apostólico, Mons. Antonio Franco, y dos obispos de las Iglesias orientales católicas, Mons. Paul Sayyah, de los maronitas, y Mons. Pierre Melki, de los siríacos católicos. Llegados expresamente desde Francia, también estaban los padres abades de Sept-Fons -abadía fundadora de Latrún-, de Timadeuc (Francia) –adonde llegó Dom René en 1974, antes de ser enviado a Latrún, en 1992- y de Bricquebec.

El abad y toda su comunidad han estado en todo momento rodeados del amor y de las oraciones de otras comunidades monásticas de Tierra Santa, sobre todo de las que viven según la Regla de san Benito: los olivetanos de Abu Gosh, los monjes de la Dormición y los benedictinos del Monte de los Olivos. Otros muchos religiosos se han unido a la misa de acción de gracias.

«Nos sentimos parte integrante de la Iglesia local –ha subrayado el abad, al final de la celebración- aunque nuestra vocación nos distinga de los demás. El monasterio, dice san Benito, no debe ser una iglesia aislada sino el corazón de la misma Iglesia. Y eso es lo que queremos ser: una {hoguera} de oración en el corazón de esta Iglesia que amamos».

Los catorce monjes de Latrún no son solo hombres de oración sino también de acción. Según la auténtica tradición cisterciense, los monjes viven del fruto del propio trabajo manual: miel, aceite de oliva y el famoso viñedo de Latrún.

Los monjes trapenses son un grupo reformado de la gran familia monástica cisterciense que sigue la Regla de san Benito.


Texto y fotos de MAB