Betfagé tiene un nuevo rostro para celebrar el Domingo de Ramos | Custodia Terrae Sanctae

Betfagé tiene un nuevo rostro para celebrar el Domingo de Ramos

Sábado 12 de abril. La Custodia de Tierra Santa ha celebrado con una cierta anticipación la entrada de Cristo en Jerusalén. Fieles a la tradición bíblica, los frailes se han dado cita en la iglesia de Betfagé, en el monte de los Olivos. A su llegada se han cruzado con las comunidades católicas de la India y Sri Lanka en compañía de sus capellanes franciscanos y capuchinos. 1.500 trabajadores inmigrantes, aprovechando el sábado, su día libre laboral en Israel, se han reunido en el patio del pequeño convento, lugar de partida de su procesión con los ramos.

También los parroquianos de Betfagé han acogido a los frailes de la Custodia, que ha construido una decena de edificios donde residen unas sesenta familias cristianas. El santuario franciscano y su convento han encontrado una nueva vitalidad gracias a la presencia de estos cristianos palestinos. Norma, una de las parroquianas, nos explica: «Nuestra comunidad es pequeña y estamos reunidos en torno a esta iglesia. La Custodia siempre nos ha ayudado, tanto en la cuestión de la vivienda, como para las actividades parroquiales; pero hoy le damos gracias especialmente por el sacerdote que nos ha enviado». Este sacerdote es fray Agustín, un mexicano de treinta y siete años, nombrado superior del convento en septiembre de 2013; un hombre de acción que dirige el Centro Cristiano de Información en Jerusalén y el centro audiovisual franciscano (Franciscan Media Center), que difunde cotidianamente las noticias de Tierra Santa en canales de televisión de todo el mundo. A su llegada, fray Agustín nos dice: «La iglesia, sus frescos, su sacristía, su altar… todo había perdido su esplendor. En pocos meses nos hemos puesto manos a la obra: la Oficina técnica de la Custodia y sus trabajadores, pero también los parroquianos y los frailes. El material, sin embargo, procede todo de Belén». Un mes más tarde, la iglesia ya estaba preparada para celebrar esta solemnidad de los Ramos.

En esta iglesia renovada especialmente por el escultor palestino Fausto Nastas, el padre Grassi ha pronunciado la homilía centrándose en dos elementos esenciales de nuestras vidas: el altar y el asno. Ha explicado un paralelo sorprendente: «El altar, como este nuevo altar que nos disponemos a bendecir, es una símbolo de Dios que nos invita a la liturgia, nos permite entrar en su vida y nos ayuda a hacer de la nuestra una alabanza de alegría. El asno, sin embargo, no es solo el animal que llevó a Jesús a Jerusalén, sino también símbolo del servicio. No se le pregunta nunca y no sabe siquiera a dónde va. Solo Dios conoce la dirección de nuestras vidas. Jesús confía y nosotros, a su vez, debemos someternos a Dios para convertirnos en este altar y este ano».

Antes de empezar la liturgia eucarística, el custodio de Tierra Santa, fray Pierbattista Pizzaballa, ha bendecido el altar que será consagrado solo en octubre, en presencia del arzobispo de Espoleto, que ha proporcionado una importante ayuda económica para el desarrollo de los trabajos. «Recemos para que este altar sea signo de vida y dinamismo para la comunidad de Betfagé», han pedido los frailes. Antes de la bendición final, el padre custodio ha manifestado su gratitud a fray Agustín, que ha sabido reunir a los fieles en torno a un proyecto común. Fray Agustín ha respondido a su vez dando las gracias por estos fieles ejemplares a los que acompaña todos los días. Estos últimos han contribuido económicamente en la restauración comprando, por ejemplo, los bancos; un gasto que se ha elevado a más de 4.000 dólares. Una acción importante que esconde otras muchas, más modestas, pero muy útiles, como la adecuación de las calles de acceso en torno a la iglesia, los preparativos florales… En Betfagé, ahora, grandes y pequeños esperan con impaciencia el comienzo de la Semana Santa y su fiesta: la procesión con los ramos.

Antes de esta celebración, la tarde del mismo sábado, los franciscanos se han reunido en el Santo Sepulcro para celebrar el último ingreso solemne de Cuaresma, como muestra la última galería fotográfica.

E.R