Domingo 8 de Julio los frailes capitulares dejaron Jerusalén y Ain Karem y se trasladaron a Belén, para terminar el Capitulo allá adonde la palabra se manifestó en nuestra carne.
Por la mañana, se concluyeron los trabajos, llegando a la formulación de un “Mensaje a los Ministros, a los Custodios y a todos los frailes” en el cual, repasando todo el camino preparatorio y los días del Capitulo, son expresadas algunas dificultades, de las cuales se tratará de buscar soluciones, y son manifestados algunos deseos para mejorar la calidad de la identidad y misión de los Frailes Menores.
Después de un fraterno debate con el Definitorio general, el Ministro presentó sus conclusiones. Fr. José R. Carballo expresó dos convicciones y dos miedos: la convicción que la vida es bella y hay que vivirla sin mediocridad, pero, al mismo tiempo, la convicción que la vida es también difícil, necesita sacrificio y autodisciplina.
Los miedos evidenciados, en cambio, son los de las estructuras (físicas, de vida y mentales) y del acomodamiento y el aburguesamiento: el Ministro general invitó a los frailes jóvenes a ser creativos en la fidelidad, “vino nuevo en odres nuevos”.
Finalmente, indicó cinco atenciones para el futuro: calidad de la vida fraterna, incremento de la comunicación, sentido de la pertenencia a la Orden, superar la distancia entre formación inicial y continua, ser abiertos a los proyectos misioneros de la Orden.
Después del almuerzo en Casa Nova y la visita guiada a la Basílica de la Natividad, el Capitulo se concluyó con la solemne Eucaristía de la Navidad, celebrada en la Iglesia de S. Catalina, durante la cual los frailes renovaron su profesión y recibieron la Regla de las manos del Ministro general, que presidía la celebración de fiesta.
La cena al aire libre, en los espacios de la Acción Católica de Belén, puso el sello sobre esta experiencia de gracia, a alabanza de Cristo y del pobrecillo Francisco. Amen.
Por la mañana, se concluyeron los trabajos, llegando a la formulación de un “Mensaje a los Ministros, a los Custodios y a todos los frailes” en el cual, repasando todo el camino preparatorio y los días del Capitulo, son expresadas algunas dificultades, de las cuales se tratará de buscar soluciones, y son manifestados algunos deseos para mejorar la calidad de la identidad y misión de los Frailes Menores.
Después de un fraterno debate con el Definitorio general, el Ministro presentó sus conclusiones. Fr. José R. Carballo expresó dos convicciones y dos miedos: la convicción que la vida es bella y hay que vivirla sin mediocridad, pero, al mismo tiempo, la convicción que la vida es también difícil, necesita sacrificio y autodisciplina.
Los miedos evidenciados, en cambio, son los de las estructuras (físicas, de vida y mentales) y del acomodamiento y el aburguesamiento: el Ministro general invitó a los frailes jóvenes a ser creativos en la fidelidad, “vino nuevo en odres nuevos”.
Finalmente, indicó cinco atenciones para el futuro: calidad de la vida fraterna, incremento de la comunicación, sentido de la pertenencia a la Orden, superar la distancia entre formación inicial y continua, ser abiertos a los proyectos misioneros de la Orden.
Después del almuerzo en Casa Nova y la visita guiada a la Basílica de la Natividad, el Capitulo se concluyó con la solemne Eucaristía de la Navidad, celebrada en la Iglesia de S. Catalina, durante la cual los frailes renovaron su profesión y recibieron la Regla de las manos del Ministro general, que presidía la celebración de fiesta.
La cena al aire libre, en los espacios de la Acción Católica de Belén, puso el sello sobre esta experiencia de gracia, a alabanza de Cristo y del pobrecillo Francisco. Amen.