Celebración de la centésima Jornada mundial del Emigrante y del Refugiado en Jafa | Custodia Terrae Sanctae

Celebración de la centésima Jornada mundial del Emigrante y del Refugiado en Jafa

Celebración de la centésima Jornada mundial del Emigrante y del Refugiado en Jafa


El 19 de enero de 2014, la Iglesia católica celebra la centésima Jornada mundial del Emigrante y del Refugiado. El sábado 18 de enero, en la iglesia de San Antonio de Jafa, la Custodia de Tierra Santa y el Patriarcado latino han vivido juntos el evento con una celebración eucarística seguida de un momento fraterno.

La celebración, presidida por losl padres Záhir Abud ofm y David Neuhauss sj, ha reunido a los trabajadores inmigrantes y refugiados sudamericanos, filipinos, indios, cingaleses y africanos procedentes de Eritrea, Etiopía, Nigeria, Gana y la República del Congo, y también a polacos, rusos, rumanos y a la pequeña comunidad de lengua hebrea. Se han unido a la celebración religiosos y religiosas y personas que trabajan en la pastoral y en la asistencia a los inmigrantes. La iglesia estaba a rebosar y llena de color, pues cada uno de los presentes iba vestido con los tradicionales trajes de fiesta o culto. En esta mañana de enero, la comunidad reunida mostraba el rostro hermoso y joven de la Iglesia.

Todas las comunidades han participado, en sus respectivas lenguas, en la animación de los cantos, la liturgia, la oración universal y también en el ofertorio. El lema de esta jornada era: «Emigrantes y refugiados: hacia un mundo mejor». El padre David, en su homilía en inglés, ha recordado los tres fundamentos de esta jornada: en primer lugar, celebrar la alegría de la diversidad, una alegría que debe contrastar con la acogida sospechosa y hostil que, con frecuencia, reciben los inmigrantes; después, orar para apoyar a las personas que sufren y ayudarnos a ver el rostro de Cristo, impreso en cada uno; finalmente, reformular nuestra fe en un mundo mejos, no mañana sino hoy, porque Dios nos ofrece su reino todos los días.

Retomando en distintas ocasiones el mensaje del Santo Padre para la Jornada mundial del Emigrante y del Refugiado, ha repetido: «Es necesario un cambio de actitud hacia los inmigrantes y refugiados por parte de todos. El paso de una actitud de defensa o de marginación –que corresponde, a fin de cuentas- a una “cultura de rechazo”- a una actitud que tenga como fundamento la “cultura del encuentro”, es la única cosa capaz de construir un mundo más justo y fraterno. En una palabra, un mundo mejor».

En 2013, el número de emigrantes internacionales alcanzó la cifra de 232 millones de personas (según la ONU), mientras que el número de aquellos que se desplazan en el interior de su propio país supera los 45 millones de personas (según HCR). Se trata de cifras récord que, sumadas, alcanzan el 4% de la población mundial. Por ejemplo, en Israel hay actualmente entre 50.000 y 60.000 inmigrantes católicos. La comunidad más grande es la de los filipinos (estimada en 35.000), que es, de hecho, más numerosa que la de los católicos latinos árabes presentes en el Estado de Israel (estimada en 28.000, según el Patriarcado latino).
La pastoral con emigrantes es, por tanto, un gran desafío para la Iglesia. Todos los sábados, la parroquia franciscana de Jafa celebra oficios religiosos continuamente en más de diez lenguas. El trabajo no falta y la evangelización dirigida a esta joven comunidad se centra en combatir la soledad y la desorientación ante una sociedad y cultura nuevas que les rechazan.
Oremos para que en el mundo, todas las sociedades puedan ver en la acogida de los inmigrantes y de los refugiados «una ocasión que la Providencia nos ofrece para contribuir a la construcción de una sociedad más justa, una democracia más completa, un país más solidario, un mundo más fraterno y una comunidad cristiana más abierta, según el Evangelio» (Papa Francisco).
Emile Rey