Celebración de la Virgen Dolorosa y del Día de la Madre | Custodia Terrae Sanctae

Celebración de la Virgen Dolorosa y del Día de la Madre

Para celebrar la fiesta de la Virgen Dolorosa, una pequeña asamblea de la parroquia latina de Jerusalén se ha reunido a primera hora de la mañana de este lunes 21 de marzo en la capilla del Calvario, en el Santo Sepulcro. Es una de esas raras veces al año en la que la parroquia latina de Jerusalén se acerca hasta el Santo Sepulcro para una celebración, mientras que se reúne todos los días en la iglesia del convento de San Salvador de la Custodia, que es también iglesia parroquial. Pero la fecha es significativa porque, en Palestina, el 21 de marzo se celebra el Día de la Madre.

En el silencio de la basílica hay una atmósfera de oración y la pequeña coral prepara los cantos. La misa ha estado presidida por el párroco, fray Firás Hijazin, y concelebrada por fray Michel Shawky y fray Ramzi Sidawi.

«Mujer, he ahí a tu hijo», «He ahí a tu madre», ha sido el tema de la homilía de fray Firás. «En este evangelio, Jesús construye con nosotros una relación no solo individual, sino también colectiva. La madre siempre lleva consigo el dolor, no solo una cruz sino muchas. En este pasaje evangélico, las mujeres han recibido la maternidad para la cruz y la pasión de Cristo, santificando su maternidad», ha subrayado el fraile.

La mujer lleva su cruz por la maternidad física, pero también cuando da una educación llena de amor, de fe y, con frecuencia, con tantas penas. El fraile ha explicado que las mujeres tienen como ejemplo a ummuna Mariam, nuestra madre María. «Nuestra madre sigue cumpliendo su misión y lo que se ha encomendado. Es una llamada a todas las madres: permanecer en la fe y cumplir su propia misión a pesar de las pruebas de la vida. No fue solo Simón de Cirene quien ayudó a Jesús a llevar su cruz, sino todas las madres con sus cruces de la vida cotidiana y de la familia».

«¿A quién confió Jesús, en primer lugar, el mensaje de la resurrección? ¡A una mujer!», ha exclamado. Esto significa que si la madre es quien sufre en primer lugar, es también quien se alegra en primer lugar. Esta es la llamada, la misión y el envío.

N.H.