Celebración de Nuestra Señora de Guadalupe, entre copos de nieve y cánticos | Custodia Terrae Sanctae

Celebración de Nuestra Señora de Guadalupe, entre copos de nieve y cánticos

El jueves 12 de diciembre la Custodia de Tierra Santa no solo se ha revestido con un manto de nieve sino también con los colores de Nuestra Señora de Guadalupe, la figura más grande del catolicismo suramericano.

Organizado por los seminaristas de la Custodia, este tiempo de celebración ha comenzado con una misa en lengua española, presidida por el custodio, fray Pierbattista Pizzaballa, en la iglesia de San Salvador. Unos cincuenta frailes y seminaristas, originarios de Hispanoamérica, han animado el culto gozoso con cánticos tradicionales mejicanos. La asamblea, un poco menos numerosa que en años anteriores, ha acogido a las personas de la comunidad hispanoamericana y local que han desafiado el frío y la nieve.

Fray Israel, seminarista mexicano entrevistado durante los preparativos, ha explicado: «Esta fiesta es muy popular en Hispanoamérica y queremos compartirla con el mayor número de personas. Hemos mandado invitaciones a todas las comunidades cercanas a la Custodia y ¡llevamos cocinando desde ayer por la tarde!».

Patrona de las Américas, la Virgen de Guadalupe reúne cada año a más de 14 millones de peregrinos en el único santuario mariano de México. Uniendo pueblos del continente americano, a pesar de las diferencias lingüísticas, étnicas y sociales, la Virgen de Guadalupe es honrada por su aparición a un joven indio mexicano convertido al catolicismo –Juan Diego Cuauhtlatoatzin- en 1531, y también por el gran número de milagros que ha realizado.

Asociándose a la oración de todos los cristianos que se recogen en oración en este día de fiesta, fray Hugo Castro ha recordado en su homilía que Nuestra Señora de Guadalupe demuestra que el Señor no ha cesado de visitar a su pueblo y de estar cerca de él: «El Evangelio se hace presente en nuestras distintas culturas; es una invitación de Dios a transmitir su Palabra allá donde estemos».

Nacida como iniciativa común de los frailes y peregrinos mexicanos hace más de cinco años, la celebración de la Virgen de Guadalupe se ha instituido para alegría de toda la Custodia, no solo en Jerusalén sino también en Jafa, Belén y otras provincias franciscanas. Ya que la procesión con el icono de la Virgen de Guadalupe no ha podido celebrarse debido a la nieve, los frailes, tras la celebración, invitaron a los presentes a acercarse al gran salón de la Custodia. Banderas suramericanas y guirnaldas ondeaban sobre una mesa llena de platos coloridos y muy apetitosos. Benedicto, seminarista del Patriarcado latino ha venido para compartir la alegría de sus hermanos. Alegría y sonrisas que se podían ver en los rostros de todo cuando fray Artemio ha entonado, al micrófono, varias canciones en español.

Poco frecuente representación de la Virgen María encinta, la Virgen de Guadalupe nos recuerda que, en el frío invernal de este mes de diciembre, un Salvador se nos dará pronto. Desde México hasta Belén, ¡bendita sea la Virgen María!

Emilio Rey