En Jerusalén, el término “ecumenismo” tiene el sabor de la cotidianidad, sabor dulce y a veces amargo, pero nunca insípido. Esta es la frase que puede resumir el pensamiento de quien está viviendo esta Semana de la Unidad de los cristianos en Jerusalén, semana que se ha inaugurado este sábado cuando católicos y protestantes han asistido al rezo de completas, la celebración del “Apodeipnon” de los griegos ortodoxos en el lugar del Calvario, una semana después que el resto del mundo, para asistir a la “última” Epifanía, la celebrada por los armenios ortodoxos.
El tema de la Semana de la Unidad de los cristianos de este año elegido por la “ Iglesia Madre” de Jerusalén, es el texto de los Hechos de los Apóstoles que habla de los orígenes de la comunidad de Jerusalén donde los primeros cristianos vivían “ unidos por la enseñanza de los apóstoles en la comunión, en el partir el pan y en la oración” (Hch 2,42).
En la presentación de la Semana de la Unidad 2011 por parte del Pontificio Consejo para la promoción de la Unidad de los cristianos junto con el Consejo Mundial de las Iglesias, se ha subrayado la peculiaridad de Jerusalén: “ La comunidad actual vive muchas de las alegrías y de los dolores de la iglesia primitiva; la misma injusticia y discriminación; las mismas divisiones pero la misma perseverancia fiel y el reconocimiento de un sentido de unidad entre los cristianos más amplio. Las iglesias de Jerusalén nos ofrecen hoy una buena visión de lo que significa luchar por la unidad de los cristianos en medio de tantos problemas.
Nos muestra cómo la llamada a la unidad es mucho más que simples palabras y que, en efecto, puede llevarnos hacia un futuro en el que prever e iniciar la construcción de la Jerusalén celeste”.
Ayer se podía sentir con fuerza el deseo de unidad por parte de los greco-melquitas católicos de la acogedora iglesia de la Anunciación, a dos pasos del patriarcado latino, que para la ocasión estaba llena de fieles de distintos ritos. La oración de tradición bizantina y fundamentalmente en lengua árabe, ha estado presidida por el vicario del patriarca melquita, el rvdmo. Youssef Jules Zerey, en presencia de representantes del resto de las iglesias y ha estado seguidq por un pequeño refrigerio, momento precioso para confraternizar e intercambiar algunas palabras.
Los oficios ecuménicos continuarán durante toda la semana bajo el patronazgo de las iglesias armenia ortodoxa, luterana, católica latina, sirio ortodoxa, etíope ortodoxa y anglicana. Los franciscanos de la Custodia, representantes del rito católico latino, serán los encargados de dirigir la oración el miércoles en la iglesia parroquial de San Salvador, y el jueves en el Cenáculo, lugar en el que excepcionalmente se permite celebrar la liturgia sólo tres veces al año.
Jerusalén, que durante esta semana se muestra en su variedad de Iglesias mayoritarias y minoritarias, se esfuerza, no sin tensión, por ser semilla de unidad.
E.C.
El tema de la Semana de la Unidad de los cristianos de este año elegido por la “ Iglesia Madre” de Jerusalén, es el texto de los Hechos de los Apóstoles que habla de los orígenes de la comunidad de Jerusalén donde los primeros cristianos vivían “ unidos por la enseñanza de los apóstoles en la comunión, en el partir el pan y en la oración” (Hch 2,42).
En la presentación de la Semana de la Unidad 2011 por parte del Pontificio Consejo para la promoción de la Unidad de los cristianos junto con el Consejo Mundial de las Iglesias, se ha subrayado la peculiaridad de Jerusalén: “ La comunidad actual vive muchas de las alegrías y de los dolores de la iglesia primitiva; la misma injusticia y discriminación; las mismas divisiones pero la misma perseverancia fiel y el reconocimiento de un sentido de unidad entre los cristianos más amplio. Las iglesias de Jerusalén nos ofrecen hoy una buena visión de lo que significa luchar por la unidad de los cristianos en medio de tantos problemas.
Nos muestra cómo la llamada a la unidad es mucho más que simples palabras y que, en efecto, puede llevarnos hacia un futuro en el que prever e iniciar la construcción de la Jerusalén celeste”.
Ayer se podía sentir con fuerza el deseo de unidad por parte de los greco-melquitas católicos de la acogedora iglesia de la Anunciación, a dos pasos del patriarcado latino, que para la ocasión estaba llena de fieles de distintos ritos. La oración de tradición bizantina y fundamentalmente en lengua árabe, ha estado presidida por el vicario del patriarca melquita, el rvdmo. Youssef Jules Zerey, en presencia de representantes del resto de las iglesias y ha estado seguidq por un pequeño refrigerio, momento precioso para confraternizar e intercambiar algunas palabras.
Los oficios ecuménicos continuarán durante toda la semana bajo el patronazgo de las iglesias armenia ortodoxa, luterana, católica latina, sirio ortodoxa, etíope ortodoxa y anglicana. Los franciscanos de la Custodia, representantes del rito católico latino, serán los encargados de dirigir la oración el miércoles en la iglesia parroquial de San Salvador, y el jueves en el Cenáculo, lugar en el que excepcionalmente se permite celebrar la liturgia sólo tres veces al año.
Jerusalén, que durante esta semana se muestra en su variedad de Iglesias mayoritarias y minoritarias, se esfuerza, no sin tensión, por ser semilla de unidad.
E.C.