Como en toda la Iglesia, también en Tierra Santa ha empezado la Cuaresma, tiempo de gracia que precede a la Pascua. Este año, el calendario litúrgico de las distintas Iglesias permite que la Pascua se pueda vivir de forma simultánea y este clima cuaresmal, común a todas las Iglesias, se vive profundamente entre los fieles locales.
El miércoles a las 6:30 h., con la primera misa del Miércoles de Ceniza ante el edículo del Santo Sepulcro con los frailes, peregrinos y algunos fieles locales, se iniciaron las celebraciones justo en el lugar donde Cristo resucitó. Posteriormente, a las 8 de la mañana, comenzaron las celebraciones para los escolares en la parroquia de San Salvador.
Han sido necesarias dos celebraciones para poder acoger a todos los jóvenes fieles. La primera, presidida por el padre Ibrahim Faltas ofm y la segunda, presidida por el padre Feras Hejazin ofm. El párroco ha querido invitar a los jóvenes fieles a vivir el tiempo de la Cuaresma como una ocasión para pensar en nuestra salvación, en nuestra conversión y nuestra relación con Dios, que nos lleva a amar al prójimo incluso a través del ayuno, la oración y la caridad para con los necesitados.
Las celebraciones han concluido a las 19:00 h. con la Eucaristía y la imposición de la ceniza a los frailes del convento de San Salvador, presidida por el padre guardián, fray Artemio Vítores, que ha recordado a sus hermanos que la Cuaresma es un tiempo de conversión y que convertirse quiere decir volverse hacia Cristo y su Evangelio a través de las prácticas cuaresmales del ayuno, la limosna y la oración.
Con esta densa jornada de celebraciones ha comenzado un período litúrgico que para la Iglesia de Jerusalén tiene unas raíces profundas que llegan has los primeros años de la presencia franciscana en Tierra Santa, una liturgia que aquí se funde con los Santos Lugares que vieron cómo se realizaba el Misterio Pascual.
Artículo y fotos de Marco Gavasso
El miércoles a las 6:30 h., con la primera misa del Miércoles de Ceniza ante el edículo del Santo Sepulcro con los frailes, peregrinos y algunos fieles locales, se iniciaron las celebraciones justo en el lugar donde Cristo resucitó. Posteriormente, a las 8 de la mañana, comenzaron las celebraciones para los escolares en la parroquia de San Salvador.
Han sido necesarias dos celebraciones para poder acoger a todos los jóvenes fieles. La primera, presidida por el padre Ibrahim Faltas ofm y la segunda, presidida por el padre Feras Hejazin ofm. El párroco ha querido invitar a los jóvenes fieles a vivir el tiempo de la Cuaresma como una ocasión para pensar en nuestra salvación, en nuestra conversión y nuestra relación con Dios, que nos lleva a amar al prójimo incluso a través del ayuno, la oración y la caridad para con los necesitados.
Las celebraciones han concluido a las 19:00 h. con la Eucaristía y la imposición de la ceniza a los frailes del convento de San Salvador, presidida por el padre guardián, fray Artemio Vítores, que ha recordado a sus hermanos que la Cuaresma es un tiempo de conversión y que convertirse quiere decir volverse hacia Cristo y su Evangelio a través de las prácticas cuaresmales del ayuno, la limosna y la oración.
Con esta densa jornada de celebraciones ha comenzado un período litúrgico que para la Iglesia de Jerusalén tiene unas raíces profundas que llegan has los primeros años de la presencia franciscana en Tierra Santa, una liturgia que aquí se funde con los Santos Lugares que vieron cómo se realizaba el Misterio Pascual.
Artículo y fotos de Marco Gavasso