El octavo Concurso de Piano “Carlos Tavasani” se ha desarrollado en el salón de la “Inmaculada”, junto al Instituto Magnificat, del 11 al 13 de enero de 2007. Los ganadores han interpretado un concierto el domingo 14, como apoteosis de estos días.
Días muy laboriosos para el jurado, compuesto por el P. Armando Pierucci, de los maestros italianos Alessandro Fortuna, Emanuele Pasqualin, Annibale Rebaudengo y Rima Tarazi, presidente del Conservatorio Palestino.
En tres días se han escuchado a 83 candidatos, todos ellos por debajo de los 30 años, divididos por edades en 9 categorías. Todos los participantes podían inscribirse en los otros 5 premios en liza: “Zia Pina”; Fundación A. M. Qattan; Custodia de Tierra Santa, Roma por Jerusalén; el concierto de Vicenza, organizado por “Encuentro sobre el Teclado”, y el concierto organizado en Roma por la Escuela Popular “Donna Olimpia”, por encargo de la Oficina romana para la Paz.
En los días de audición, se encontraban todos los ingredientes que forman parte de un concurso: stress, concentración, explosiones de alegría, desilusiones. Las audiciones eran públicas. Padres, amigos, profesores, apasionados, pasaban por la sala donde los candidatos intentaban calentarse las manos y relajarse antes de la prueba. Algunos echaban un último vistazo a las partituras, otros escuchaban tranquilamente las interpretaciones de los otros concurrentes.
Ha habido algún bemol de más, alguna “distracción” en el teclado, pero sobre todo ha habido belleza, amén de alguna nota falsa. Quien haya pasado por este tipo de pruebas, como quien escribe la presente, sabe cómo hacer para “tirar hacia delante” en la interpretación, a pesar del error, como si no hubiese ocurrido nada. Y después, ¡la belleza de la ejecución! Algunos candidatos han provocado la admiración del jurado, poniéndole en la siguiente disyuntiva: “¿Elegís este candidato y al otro, no?”.
Ha habido premios ex aequo. El jurado no ha tenido compasión: “Debemos decirle al participante que, a pesar de la buena ejecución, la posición del pie, el uso del pedal, le han negado el premio”. Un jurado muy severo, como para no entregar el segundo y tercer pues los candidatos no lo merecían.
En suma, un concurso. Todos los ganadores han conseguido el premio a sus esfuerzos: los aplausos de un público entregado, un diploma y una bolsa con alguna cosa dentro: entre 75 y 800 euros. Tres de ellos irán a Italia a participar en dos conciertos.
Enhorabuena a los ganadores, a todos los participantes, a sus profesores, a cuantos trabajan por promover la música en el país: la Fundación A. M. Qattan, la Custodia de Tierra Santa y el Ayuntamiento de Roma, sin olvidar a la familia Tavasani. Una silla vacía, adornada con flores, recordaba la presencia de la señora Anita.
Muchas gracias a todos, y nos vemos el próximo año.
MAB
Días muy laboriosos para el jurado, compuesto por el P. Armando Pierucci, de los maestros italianos Alessandro Fortuna, Emanuele Pasqualin, Annibale Rebaudengo y Rima Tarazi, presidente del Conservatorio Palestino.
En tres días se han escuchado a 83 candidatos, todos ellos por debajo de los 30 años, divididos por edades en 9 categorías. Todos los participantes podían inscribirse en los otros 5 premios en liza: “Zia Pina”; Fundación A. M. Qattan; Custodia de Tierra Santa, Roma por Jerusalén; el concierto de Vicenza, organizado por “Encuentro sobre el Teclado”, y el concierto organizado en Roma por la Escuela Popular “Donna Olimpia”, por encargo de la Oficina romana para la Paz.
En los días de audición, se encontraban todos los ingredientes que forman parte de un concurso: stress, concentración, explosiones de alegría, desilusiones. Las audiciones eran públicas. Padres, amigos, profesores, apasionados, pasaban por la sala donde los candidatos intentaban calentarse las manos y relajarse antes de la prueba. Algunos echaban un último vistazo a las partituras, otros escuchaban tranquilamente las interpretaciones de los otros concurrentes.
Ha habido algún bemol de más, alguna “distracción” en el teclado, pero sobre todo ha habido belleza, amén de alguna nota falsa. Quien haya pasado por este tipo de pruebas, como quien escribe la presente, sabe cómo hacer para “tirar hacia delante” en la interpretación, a pesar del error, como si no hubiese ocurrido nada. Y después, ¡la belleza de la ejecución! Algunos candidatos han provocado la admiración del jurado, poniéndole en la siguiente disyuntiva: “¿Elegís este candidato y al otro, no?”.
Ha habido premios ex aequo. El jurado no ha tenido compasión: “Debemos decirle al participante que, a pesar de la buena ejecución, la posición del pie, el uso del pedal, le han negado el premio”. Un jurado muy severo, como para no entregar el segundo y tercer pues los candidatos no lo merecían.
En suma, un concurso. Todos los ganadores han conseguido el premio a sus esfuerzos: los aplausos de un público entregado, un diploma y una bolsa con alguna cosa dentro: entre 75 y 800 euros. Tres de ellos irán a Italia a participar en dos conciertos.
Enhorabuena a los ganadores, a todos los participantes, a sus profesores, a cuantos trabajan por promover la música en el país: la Fundación A. M. Qattan, la Custodia de Tierra Santa y el Ayuntamiento de Roma, sin olvidar a la familia Tavasani. Una silla vacía, adornada con flores, recordaba la presencia de la señora Anita.
Muchas gracias a todos, y nos vemos el próximo año.
MAB