Conmemoración de Simón el Cireneo en la capilla de la V Estación del Vía Crucis

Como es costumbre, la mañana del lunes santo, entre las 6.00 y las 8.00, en la V Estación del Vía Crucis, una pequeña capilla franciscana en la Vía Dolorosa, en el centro del barrio musulmán de la Ciudad Vieja de Jerusalén, se han celebrado distintas misas en diversas lenguas. Pequeños grupos de cristianos de Tierra Santa, religiosos y laicos, y algunos peregrinos han participado en las celebraciones, animando las calles aún desiertas y oscuras a estas primeras horas de la mañana. La V Estación, desde hace más de un siglo, hace memoria del encuentro de Simón de Cirene con Jesús y de la imposición con la que los soldados romanos obligaron al Cireneo a llevar la cruz del Señor. Un lugar muy querido para los cristianos, sobre todo para los de rito oriental. Antiguamente, es probable que el lugar de la conmemoración estuviera situado a algunos metros de distancia. A lo largo del muro de la Vía Dolorosa, junto a la capilla franciscana, se encuentra también una piedra que, según una tradición difícil de verificar, conserva la huella de la mano de Jesús, que se apolló allí mientras llevaba la cruz. En esta capilla, por tanto, siguiendo con las peregrinaciones que los franciscanos realizan durante toda la Cuaresma visitando los lugares de la Pasión de Cristo, el lunes santo se reúnen allí en oración para celebrar la figura del Cireneo y el episodio, atestiguado por los evangelios, que le asocia con Jesús, como discípulo que comparte con Él la cruz.

Al mismo tiempo, en el Calvario –en la basílica del Santo Sepulcro- se ha celebrado una misa en lengua árabe en la que han participado algunos religiosos y un pequeño grupo de fieles locales.


Texto de Caterina Foppa Pedretti
Fotos de las misas en laV Estación de Marie-Armelle Beaulieu
Fotos de la santa misa en el Calvario de Stefano Dal Pozzolo