Del 8 al 13 de enero, la Coordinadora de Tierra Santa, que está compuesta por obispos que representan a las conferencias episcopales de América del Norte, Europa y Escandinavia, se ha reunido en Jerusalén por duodécimo año consecutivo con el fin de tomar el pulso a la situación del país, reunirse con los actores locales y valorar las necesidades y las modalidades de acción para que la actuación de la Iglesia universal sea acorde y adecuada a la Iglesia de Tierra Santa, madre de las Iglesias y siempre ligada a los sucesos y dificultades de todo tipo que acaecen en Oriente Medio.
Las reuniones se han celebrado básicamente en los locales de la Curia General de la Custodia de Tierra Santa, en el convento de San Salvador, y en ellas se han sucedido una docena de intervenciones.
El tema elegido por el Sínodo de Oriente Medio, “La multitud de los creyentes tenían un solo corazón y una sola alma” (Hch 4,32), ha orientado el rico y variado contenido de las sesiones.
De hecho, los padres se han congratulado de contar con el padre Felet, secretario de la Conferencia de Ordinarios de Tierra Santa, por la calidad de la organización y el alto nivel de los oradores. Han agradecido especialmente haber podido disfrutar de un rico panorama de la Iglesia de Tierra Santa sin falsas espiritualidades ni romanticismos sino afrontando la realidad con la energía necesaria para superar las dificultades allá donde se presentan.
Durante toda la semana, los desafíos a los que se enfrenta la Iglesia de Tierra Santa se han revelado bajo una nueva luz a los obispos. El desafío del diálogo ecuménico e inter-religioso; el desafío de la educación en las escuelas, tanto en el interior como en el exterior (¿qué imagen se tiene del cristianismo en las escuelas israelíes y palestinas no cristianas?); el desafío de la vida religiosa en una Iglesia local con dimensión universal; el desafío de la acogida de los peregrinos y de las peregrinaciones.
“Es impresionante ver los desafíos que la Iglesia de Tierra Santa debe afrontar en un territorio tan pequeño. Una Iglesia que debe vivir la diversidad de lenguas, de culturas, de ritos, de regímenes políticos, de áreas geográficas y sus realidades sociales, y aún permanecer Una”, ha comentado Monseñor Michel Dubost, obispo de Evry (Francia).
El comunicado de prensa (que se puede consultar en el sitio web del Patriarcado) ha servido para dirigir un mensaje de apoyo tanto a los que trabajan en todos los campos en los que está presente la Iglesia, como a las autoridades, para que encuentren caminos de paz y justicia duraderos.
“La cosa más deprimente en este país es ver en el camino hacia Belén un cartel que indica a los ciudadanos israelíes que tienen prohibido el paso. Es la cosa más terrible que conozco porque esto impide que lleguen a una solución aquellas personas que podrían encontrarla juntas. Olvidemos la política, a los intelectuales, dejemos que la gente tenga la ocasión de encontrarse”, ha declarado Mons. William Keney, representante de la conferencia episcopal de Inglaterra y Gales.
El Nuncio apostólico, que ha venido para despedir a los obispos, les ha animado a continuar con su trabajo. Por otro lado, ya se han fijado las fechas para la próxima reunión.
Mab
Las reuniones se han celebrado básicamente en los locales de la Curia General de la Custodia de Tierra Santa, en el convento de San Salvador, y en ellas se han sucedido una docena de intervenciones.
El tema elegido por el Sínodo de Oriente Medio, “La multitud de los creyentes tenían un solo corazón y una sola alma” (Hch 4,32), ha orientado el rico y variado contenido de las sesiones.
De hecho, los padres se han congratulado de contar con el padre Felet, secretario de la Conferencia de Ordinarios de Tierra Santa, por la calidad de la organización y el alto nivel de los oradores. Han agradecido especialmente haber podido disfrutar de un rico panorama de la Iglesia de Tierra Santa sin falsas espiritualidades ni romanticismos sino afrontando la realidad con la energía necesaria para superar las dificultades allá donde se presentan.
Durante toda la semana, los desafíos a los que se enfrenta la Iglesia de Tierra Santa se han revelado bajo una nueva luz a los obispos. El desafío del diálogo ecuménico e inter-religioso; el desafío de la educación en las escuelas, tanto en el interior como en el exterior (¿qué imagen se tiene del cristianismo en las escuelas israelíes y palestinas no cristianas?); el desafío de la vida religiosa en una Iglesia local con dimensión universal; el desafío de la acogida de los peregrinos y de las peregrinaciones.
“Es impresionante ver los desafíos que la Iglesia de Tierra Santa debe afrontar en un territorio tan pequeño. Una Iglesia que debe vivir la diversidad de lenguas, de culturas, de ritos, de regímenes políticos, de áreas geográficas y sus realidades sociales, y aún permanecer Una”, ha comentado Monseñor Michel Dubost, obispo de Evry (Francia).
El comunicado de prensa (que se puede consultar en el sitio web del Patriarcado) ha servido para dirigir un mensaje de apoyo tanto a los que trabajan en todos los campos en los que está presente la Iglesia, como a las autoridades, para que encuentren caminos de paz y justicia duraderos.
“La cosa más deprimente en este país es ver en el camino hacia Belén un cartel que indica a los ciudadanos israelíes que tienen prohibido el paso. Es la cosa más terrible que conozco porque esto impide que lleguen a una solución aquellas personas que podrían encontrarla juntas. Olvidemos la política, a los intelectuales, dejemos que la gente tenga la ocasión de encontrarse”, ha declarado Mons. William Keney, representante de la conferencia episcopal de Inglaterra y Gales.
El Nuncio apostólico, que ha venido para despedir a los obispos, les ha animado a continuar con su trabajo. Por otro lado, ya se han fijado las fechas para la próxima reunión.
Mab