De aquí ascendió a los cielos… | Custodia Terrae Sanctae

De aquí ascendió a los cielos…



En la cima del Monte de los Olivos, al este de la Ciudad Santa, cristianos locales y peregrinos rezaron y velaron durante toda la noche en la Vigilia de la solemnidad de la Ascensión. En la pequeña capilla de planta circular las misas se sucedieron hasta por la mañana. De hecho, únicamente con motivo de esta fiesta está permitido celebrar en este lugar santo que acoge la piedra desde la cual, según la tradición, Jesús ascendió a los cielos.

El primer edificio sacro que se erigió en este lugar se remonta al siglo IV, destruido por los persas en el 614. Los cruzados construyeron un grandioso santuario del cual, con el retorno musulmán, permanece solo la actual edícula, transformada en mezquita.

Una noche de oración y vigilia, entorno a la capilla como cada año se colocaron algunas tiendas que servían de sacristía y acogían a los peregrinos. Son muchísimos los grupos que se sucedían.

“Hemos salido cien personas de Nazaret, a las 9 de la noche, llegando aquí al Monte de los Olivos a la 1… Es un momento importante para nosotros, el lugar, el silencio… No hay la confusión que se siente durante el día, todo está en silencio, es precisamente el momento de rezar”.

“Ha sido una experiencia muy emocionante, ver que la iglesia está viva, que Jesús está presente entre nosotros…”

En el siglo VII, el Obispo Arculfo describió la iglesia dedicada a la Ascensión, en aquel momento descubierta, ya que la cúpula fue añadida posteriormente por los musulmanes, como un lugar abierto “para indicar a todos el camino del cielo”. Un camino que pasa a través la encarnación, como explica el padre Diego, que presidió la primera de las misas de esta noche, citando los Hechos de los Apóstoles:

P. DIEGO DALLA GASSA, ofm
Hombres de Galilea, por qué tenéis la mirada fija arriba? El Señor con el don de su Pascua, decidió habitar aquí abajo, se ha encarnado totalmente en nuestra vida… podríamos parafrasear aquel versículo diciendo “hombres de Galilea, por qué miráis el cielo cuando el cielo ha decidido habitar en nuestra vida? Celebrar la Ascensión significa celebrar la encarnación y el misterio pascual de Jesús que se ha hecho cercano a cada hombre, a cada persona, a todos nosotros.

Concluida la misa solemne del jueves por la mañana, la fiesta de la Ascensión comenzó en la tarde del día anterior con el ingreso solemne en el lugar santo del Vicario Custodial, el padre Artemio Vítores, junto a los frailes de la Custodia. Después de la recitación de las primeras vísperas, los franciscanos y fieles presentes caminaron en procesión entorno a la pequeña edícula, lugar que recuerda el momento en el que por última vez Jesús fue visto por los Apóstoles. Lugar de alegría en un día de esperanza y alegría, aquel en el que, como recordó el padre Artemio, “Jesús llegó a la meta…. Jesús que no solo se hizo hombre y compartió nuestra humanidad, sino que llevó nuestra humanidad al cielo”.