Prorrogado el convenio entre la Custodia de Tierra Santa y el Conservatorio de Vicenza
Hay una gran diferencia entre enseñar a tocar un instrumento y formar músicos. En Jerusalén Este y los Territorios Palestinos, la demanda de música es muy elevada, pero faltan docentes cualificados. Por eso, el Instituto Magníficat –la escuela de música de la Custodia de Tierra Santa- ha optado por el camino más difícil, el que exige una formación académica seria a base de programas, estudio y exámenes.
Para garantizar y apoyar esta formación, la Custodia de Tierra Santa desde hace varios años ha querido buscar la colaboración del Conservatorio «Arrigo Pedrollo» de Vicenza (Italia) a través de un convenio con el Magníficat. El pasado 3 de febrero se ha firmado la prórroga del mismo en Vicenza por el delegado custodial para la música y el espectáculo, fray Riccardo Ceriani, y el director del Conservatorio, maestro Enrico Pisa.
El Conservatorio de Vicenza vela por la aplicación del estándar de calidad y envía las comisiones de examinadores. Los programas de estudio son los mismos en Vicenza que en Jerusalén. El convenio afecta también a la formación de profesores y de la Secretaría didáctica y administrativa. Gracias a esta colaboración, los diplomas que expide el Instituto Magníficat junto con el conservatorio de Vicenza están reconocidos en Italia y en Europa. Se trata de poner la calidad europea al servicio de Tierra Santa.
«Si el nivel alcanzado por los estudiantes del Instituto Magníficat es hoy equiparable al de los conservatorios europeos –dice fray Riccardo- es gracias al fundador y director general del Magníficat, P. Armando Pierucci, que desde el principio quiso dotar a la escuela con un perfil académico preciso y con un alto nivel, más que ofrecer simplemente alfabetización musical. Las relaciones mantenidas por el P. Armando con el Conservatorio de Vicenza –que duran ya más de diez años- es el instrumento más idóneo para conseguir estos objetivos».
Según el director del Conservatorio de Vicenza, Enrico Pisa, «la colaboración con el Instituto Magníficat ha producido en ocho años óptimos resultados, como me han comunicado los comisarios que, de vez en cuando, el Conservatorio ha enviado a Jerusalén para las sesiones de exámenes de certificación. Para este año, estamos absolutamente convencidos de la oportunidad –casi diría de la necesidad- de seguir por el camino emprendido».
Un convenio firmado con convicción.
El Instituto Magníficat es una de las actividades de la Custodia de Tierra Santa en el campo de la educación a beneficio de la población local. Además del aspecto cultural, la misión del Magníficat tiene también una importante dimensión social; de hecho, la música es el arte que, más que otro, ofrece la posibilidad de unir y hacer dialogar a las personas, así como dialogan los instrumentos, superando las diferencias del idioma, procedencia o religión. En el Instituto Magníficat de Jerusalén estudian, trabajan e interpretan profesores y alumnos musulmanes, cristianos y judíos, tanto israelíes como palestinos. La actividad del Instituto es, por tanto, un signo de esperanza para Tierra Santa.
frc
Hay una gran diferencia entre enseñar a tocar un instrumento y formar músicos. En Jerusalén Este y los Territorios Palestinos, la demanda de música es muy elevada, pero faltan docentes cualificados. Por eso, el Instituto Magníficat –la escuela de música de la Custodia de Tierra Santa- ha optado por el camino más difícil, el que exige una formación académica seria a base de programas, estudio y exámenes.
Para garantizar y apoyar esta formación, la Custodia de Tierra Santa desde hace varios años ha querido buscar la colaboración del Conservatorio «Arrigo Pedrollo» de Vicenza (Italia) a través de un convenio con el Magníficat. El pasado 3 de febrero se ha firmado la prórroga del mismo en Vicenza por el delegado custodial para la música y el espectáculo, fray Riccardo Ceriani, y el director del Conservatorio, maestro Enrico Pisa.
El Conservatorio de Vicenza vela por la aplicación del estándar de calidad y envía las comisiones de examinadores. Los programas de estudio son los mismos en Vicenza que en Jerusalén. El convenio afecta también a la formación de profesores y de la Secretaría didáctica y administrativa. Gracias a esta colaboración, los diplomas que expide el Instituto Magníficat junto con el conservatorio de Vicenza están reconocidos en Italia y en Europa. Se trata de poner la calidad europea al servicio de Tierra Santa.
«Si el nivel alcanzado por los estudiantes del Instituto Magníficat es hoy equiparable al de los conservatorios europeos –dice fray Riccardo- es gracias al fundador y director general del Magníficat, P. Armando Pierucci, que desde el principio quiso dotar a la escuela con un perfil académico preciso y con un alto nivel, más que ofrecer simplemente alfabetización musical. Las relaciones mantenidas por el P. Armando con el Conservatorio de Vicenza –que duran ya más de diez años- es el instrumento más idóneo para conseguir estos objetivos».
Según el director del Conservatorio de Vicenza, Enrico Pisa, «la colaboración con el Instituto Magníficat ha producido en ocho años óptimos resultados, como me han comunicado los comisarios que, de vez en cuando, el Conservatorio ha enviado a Jerusalén para las sesiones de exámenes de certificación. Para este año, estamos absolutamente convencidos de la oportunidad –casi diría de la necesidad- de seguir por el camino emprendido».
Un convenio firmado con convicción.
El Instituto Magníficat es una de las actividades de la Custodia de Tierra Santa en el campo de la educación a beneficio de la población local. Además del aspecto cultural, la misión del Magníficat tiene también una importante dimensión social; de hecho, la música es el arte que, más que otro, ofrece la posibilidad de unir y hacer dialogar a las personas, así como dialogan los instrumentos, superando las diferencias del idioma, procedencia o religión. En el Instituto Magníficat de Jerusalén estudian, trabajan e interpretan profesores y alumnos musulmanes, cristianos y judíos, tanto israelíes como palestinos. La actividad del Instituto es, por tanto, un signo de esperanza para Tierra Santa.
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