El importante papel de las religiones para volver a la centralidad del ser humano | Custodia Terrae Sanctae

El importante papel de las religiones para volver a la centralidad del ser humano

Jerusalén, 6 de marzo 2012

«Un libro lleno de sentido común y rico en humanidad». Así ha definido Massimo Pazzini, decano del Studium Biblicum Franciscanum (SBF), el libro de Vannino Chiti, vicepresidente del Senado italiano, presentado ayer por la tarde en el convento de San Salvador.

El acto, organizado en colaboración con la Fundación Juan Pablo II y ACLI, que cuentan con una larga experiencia en iniciativas relativas a los países de Oriente Medio, ha colmado las expectativas y la curiosidad de todos los presentes, entre los que había numerosos estudiantes del mismo SBF.

Como «padrino» del acto estaba fray Ibrahim Faltas, ecónomo de la Custodia, que debido a su amistad con los presentes y la dilatada colaboración con distintas asociaciones toscanas en favor de la Tierra Santa, ha declarado mostrarse feliz por haber podido hospedar el evento y representar a la Custodia en ausencia del padre custodio.

{Una contribución importante de Italia en el campo del diálogo interreligioso}, de la paz en Oriente Medio y de la libertad religiosa pues, en palabras del cónsul Giampaolo Cantini, «Religiones y Política en el mundo global» es un libro de una extraordinaria apertura que indaga y propone puntos clave para un diálogo eficaz entre la política y las religiones en un mundo globalizado y en continuo cambio. Un tema, este del diálogo entre las religiones y entre la religión y la política, especialmente importante para la Custodia debido a la complejidad que caracteriza la realidad en la que opera.
Según Pazzini, de hecho, el punto fuerte del libro es el acento que pone continuamente sobre la persona humana en cuanto que punto de partida imprescindible en todo diálogo.

Estaba también presente Mons. Franco Agostinelli, obispo de Grosseto, que ha recorrido algunos de los aspectos más interesantes del libro: la invitación a encontrar los puntos de convergencia entre la religión y la política, la necesidad de que la religión desarrolle un nuevo papel en la más amplia dimensión pública y social, la concepción de un «nuevo humanismo», entendido como la conciencia de encontrar un espacio también para la dimensión más espiritual del hombre y su constante necesidad de la trascendencia.

Temas de una gran actualidad, como destaca también Andrea Olivero, presidente nacional de las ACLI, para los que es necesario «re-pensar» el modo mismo de hacer política desde la óptica de volver a una visión común y colectiva que ayuden a construir las bases de un proyecto más amplio.

La {ética compartida}, de la que habla el mismo autor, es una visión y un camino comunes que se alejan de los binomios de separación e incompatibilidad, como amigo-enemigo, y de fundamentalismos estériles que llevan a la violencia.

Un hermoso desafío para la sociedad contemporánea que encuentra aquí, en la Tierra Santa, un terreno fértil y un laboratorio ideal en el que empezar a trabajar.

MGS