El Monte Tabor | Custodia Terrae Sanctae

El Monte Tabor

2012/08/02

El Monte Tabor
Con sus 588 metros sobre el nivel del mar, se erige solitario en la llanura de Esdrelon, en plena Galilea, a pocos kilómetros de Nazaret.

El Tabor es un monte considerado sagrado desde tiempos inmemoriales. De hecho, era lugar de culto cananeo. Pero fue a través de las más antiguas narraciones de la Biblia que encontró su lugar en la historia del pueblo elegido.



Recordado por el salmista para ilustrar la magnificencia de Dios en la creación, servía de frontera para las tribus israelitas del norte, y era célebre por los episodios victoriosos de Débora y Barak en la lucha contra Sísara, narrados en el libro de los Jueces.

Acontecimientos importantes en la historia de la salvación pero que se diluyen frente a aquel hecho extraordinario narrado en los evangelios.

“Jesús subió a un monte a orar, acompañado de Pedro, Santiago y Juan y se transfiguró ante ellos”.

Aunque el Evangelio no especifica el nombre de la montaña donde sucedió el excepcional episodio de la Transfiguración, una antiquísima tradición que se remonta a Orígenes (en el siglo III), identifica precisamente este monte, el Tabor, como el lugar donde Jesús se transfiguró ante la mirada atónita de los tres discípulos.

Y aquí, donde Pedro, lleno de entusiasmo, dijo al Señor: “Qué bien que estamos aquí. Hagamos tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías”, muy pronto los cristianos construyeron tres capillas.

Destruida y reconstruida varias veces a lo largo de los siglos, actualmente se ha incorporado esta Basílica edificada por los franciscanos en 1924 sobre planos del arquitecto Barluzzi. Los dos campanarios junto a la fachada se alzan sobre la zona de las dos capillas bizantinas dedicadas a Moisés y Elías.

El interior de la Basílica, de tres naves, está dividido por pilares macizos y robustos arcos. Una amplia escalinata baja a la cripta que ocupa la zona de la tercera capilla bizantina y de la anterior cripta cruzada. De hecho el altar está realizado con restos cruzados. La escena de la transfiguración se recuerda en un gran mosaico en el ábside central.

La Puerta del Viento, que todavía marca la entrada a la explanada de la cumbre del Tabor, era la única entrada a la fortaleza sarracena construida en el siglo XIII. Después de la derrota del Reino latino, durante un largo periodo los cristianos abandonaron el monte. Es célebre la destrucción ordenada por el sultán Baybars en 1263 que convirtió la cumbre del Tabor en una montaña de escombros abandonados durante casi cuatro siglos. Eran pocos los valientes peregrinos que subían. Los franciscanos de Nazaret y Jerusalén subían de vez en cuando, mediante el pago de un peaje, para llevar a cabo la liturgia.

En el camino que conduce a la plazoleta, la capilla del “Descendetibus”, construida en recuerdo de la orden dada por Jesús a los discípulos (de no hablar con nadie de esta visión), mientras bajaban de la montaña.

Actualmente todavía son visibles, ante el santuario, las ruinas del convento benedictino de época cruzada, descubiertas a finales del siglo XIX.

Los franciscanos que después de sucesivas vicisitudes tomaron posesión de la cima del monte, donado por el emir Fakhr ed Din, en 1631, tienen ahora, además de su convento, un hospedería y un lugar de descanso para peregrinos, gestionado desde 2006 por la Comunidad Mundo X.

El Tabor fue visitado en 1964 por el Papa Pablo VI, que murió en 1978 precisamente el 6 de agosto.