En la Casa Nova de Jerusalén, degustación de cocina mediterránea | Custodia Terrae Sanctae

En la Casa Nova de Jerusalén, degustación de cocina mediterránea

2012/11/21

Gaetano Bozzi, Michele Lafronza, Alessandro Selvaggio y Dario Zucaro son estudiantes del instituto de hostelería «A. Perotti» de Bari que han venido a Tierra Santa, acompañados de sus profesores Michele Rago y Michele Ciliberti, para vivir una experiencia profesional ciertamente especial con el personal de servicio de la Casa Nova de Jerusalén. La idea de esta colaboración nació hace alrededor de un año durante un coloquio informal con los profesores Paolo Ponzio y Corrado Petrocelli, docentes de la Universidad de Bari y entonces en Jerusalén como peregrinos, que me animaron a realizar un «hermanamiento culinario» basado en los ingredientes y la comida locales, cocinados con recetas elaboradas según la conocida fantasía italiana.
Esta idea se ha materializado con la llegada de los jóvenes cocineros y profesores de Bari que, del 6 al 25 de noviembre, han estado en Jerusalén compartiendo sus conocimientos con los cocineros árabes de la Casa Nova y aprendiendo las tradiciones culinarias locales.
Es importante recordar que la Custodia de Tierra Santa ha ofrecido a los jóvenes y a sus profesores el alojamiento en la casa de María Niña y la dirección de la Casa Nova les ha facilitado la manutención, excursiones y el billete aéreo a mitad de precio, mientras que la escuela ha cubierto la parte restante del viaje en avión.

Si algo hay que destacar de esta experiencia ha sido la COLABORACIÓN y el COMPARTIR. No se ha querido sustituir la cocina oriental por la italiana sino, sobre todo, jugar con el uso de los ingredientes comunes a las dos cocinas; una mezcla perfecta que ha permitido crear nuevos platos, nacidos de la imaginación de cocineros con distinta formación y procedencia y con el elemento común de los productos característicos de la cocina mediterránea.
Quien cocina, deja en su plato algo de sí para transmitir a quien lo degusta el amor y la pasión empleados en la preparación de ese plato. Los peregrinos, todavía numerosos durante estos días, que han comido en Casa Nova han podido percibir en los platos elaborados por los cocineros árabes e italianos, la pasión por la cocina, la habilidad en la sabia utilización de los distintos ingredientes bien combinados entre ellos, la sincera y amistosa hermandad entre los cocineros y el personal de la Casa Nova con los jóvenes en formación. También la acogida reservada al peregrino por el personal de sala ha sido especial, condensada en una agradable mezcla entre elevada profesionalidad asociada placenteramente a una buena dosis de simpatía.

Los jóvenes cocineros de la Puglia han podido llevar a cabo una experiencia laboral en el exterior, importante para sus curricula studiorum, viviendo cotidianamente la realidad y la cultura oriental de Jerusalén y otros lugares de la Tierra Santa. Tras las horas de trabajo, jóvenes y profesores han visitado, guiados por los frailes franciscanos o por los voluntarios de la Custodia, el Santo Sepulcro, el Monte de los Olivos, el Cenáculo, el museo de la Flagelación, el convento de San Salvador y otras localidades vecinas, como Belén. No han faltado tampoco los momentos de oración y reflexión en los lugares donde el Señor dejó su testimonio de amor.
Dado el buen espíritu del proyecto, el instituto de hostelería Perotti ha expresado su voluntad de continuar con la colaboración con Casa Nova. En sintonía con esta experiencia positiva se podrán valorar también otras peticiones llegadas de distintas escuelas de hostelería, como la de la escuela «E. Mattei», de Vico del Gargano.
Seguramente, ya sea el personal de Casa Nova como los jóvenes italianos, inventarán nuevas y futuras ocasiones para preparar platos con sabor y gusto mediterráneos, inspirados en la fusión de la cocina palestina de Jerusalén con la italiana.

Fray Raffaele Caputo, OFM