Esta semana, dos peregrinaciones de Cuaresma | Custodia Terrae Sanctae

Esta semana, dos peregrinaciones de Cuaresma

La Pascua se acerca a grandes pasos y las «peregrinaciones» franciscanas -peregrinaciones a distintos santos lugares para celebrar la misa y honrar así estas tradiciones pluriseculares- se multiplican hasta el Domingo de Resurrección.

El miércoles 18 de marzo, en una atmósfera de recogimiento, comenzó la tercera peregrinación cuaresmal de la Custodia de Tierra Santa a la iglesia de la Flagelación. Después de la del Dominus Flevit, del 4 de marzo, y la de Getsemaní, el día 11, el camino hacia la Pascua prosigue siguiendo los pasos de la pasión de Cristo.

La misa, precedida por las vísperas solemnes, ha celebrado la Dedicación de la Iglesia y la Flagelación de Jesús. La capilla estaba llena a rebosar. El coro -compuesto por los frailes franciscanos Alberto, Mark, Hugo, Eliazar, Božo y Ricardo- animó hermosamente esta fiesta anual.

La homilía del padre Peter John Hughes, que ha tratado del Evangelio de la Flagelación según san Juan, ha insistido en la ejemplaridad de la lucha contra el mal como el mismo Jesús la vivió en el momento de su pasión. Si el hombre ha buscado siempre una respuesta a la cuestión del mal y del sufrimiento, también Dios la ha afrontado tomando nuestra condición humana. «¡He aquí al Hombre!» (Jn 19,5). De una aparente pasividad emerge la fuerte resistencia moral de Jesús, su paciencia y perseverancia en un camino de esperanza. «Ante la gravedad del mal, no hay otra solución que el escándalo de un Dios solidario con nosotros en el sufrimiento, de un Dios que lucha con nosotros; esta escandalosa paradoja está representada por un Dios herido por el mal, por un Dios que sufre y rescata el mal con su propio sufrimiento. En la condena y pasión de Jesús, en su aceptación, lo que viene después es inevitable; el Evangelio de Juan nos presenta una nueva forma de noviolencia manifestada por Jesús durante toda su vida hasta su muerte en la cruz».

Los frailes del convento, guidados por fray Nayib Ibrahim, han invitado después a la asamblea, compuesta por cristianos locales, religiosos y personas de paso, a un refresco en el refectorio del convento.

El sábado 21 de marzo, los frailes menores se han acercado hasta el monte de los Olivos para celebrar cuatro eventos importantes. El primero de todos, la misa de la resurrección de Lázaro, ha reunido a los franciscanos en Betania, pueblo de mayoría musulmana donde reside una pequeña comunidad. El superior de la comunidad ha recibido a la delegación del convento de San Salvador, acompañada por un grupo de jóvenes peregrinos eslovenos.
Tras una alegre y festiva colación, los fieles se han acercado hasta la tumba de Lázaro, segunda estación del camino. Es necesario mencionar esta etapa porque el lugar de sepultura del «amigo de Jesús» está hoy bajo la autoridad del Waqf, una institución musulmana. Los franciscanos pueden celebrar aquí la misa solo dos veces al año, que es lo que ha hecho fray Sergio, secretario de la Custodia, esta mañana a primera hora.

El autobús ha conducido después a los hijos de san Francisco hasta el lugar de la Ascensión. «Antes -dice fray Stéphane- los franciscanos partían a pie de San Salvador hacia todas las estaciones, pero desde que existe el muro de separación, no es ya posible». Con muro o sin muro, no se puede interrumpir una antigua tradición de hace siglos.
Llegados al lugar de la Ascensión, los frailes han experimentado con alegría otro privilegio. El lugar, de hecho, solo se abre para ellos tres veces al año. Y es que la capilla que acoge el lugar desde donde Cristo ascendió al cielo hoy es una mezquita. Al canto del Te Deum, la procesión se ha puesto en marcha, un movimiento emocionante que ha atraído la atención de los turistas presentes.

Desde allí, a algunos pasos, se llega al carmelo del Pater, última etapa de la jornada. Los franciscanos -como en el resto de estaciones- han leído el Evangelio ligado al lugar, cantado un himno y recitado varias intenciones de oración.

La jornada soleada ha concluido magníficamente con el canto de unos peregrinos rumanos presentes en el carmelo, que han interpretado una melodía especialmente desgarradora.

El camino hacia la Pascua llega casi ya a su conclusión. El quinto domingo de Cuaresma servirá una vez más como ocasión para celebrar ritos solemnes en el Santo Sepulcro. Después, las distintas peregrinaciones continuarán hasta el ingreso solemne de la Semana Santa, el Domingo de Ramos.

El lunes 23 de marzo la misa se celebrará en el Lithóstrotos, a las 17 horas.

Hélène Morlet y Nicolas Kimmel