Con un gozoso «Christos anesti» o con un «Feliz Pascua» los frailes de la Custodia han sido acogidos en el Patriarcado griego ortodoxo el martes 22 de abril, comenzando así con las tradicionales felicitaciones de Pascua que se intercambian entre los hermanos de las Iglesias católicas y orientales.
Así, un baile de kawas y cortejos ha empezado en la ciudad santa. Las comunidades etíope, armenia, copta, siríaca y latina, y también la melquita; cada una, según el turno, visita y acoge en su sede patriarcal a sus hermanos en la fe.
Alrededor de un chocolate y una taza de café, se dan las gracias por las fiestas vividas juntos, no sin dificultades logísticas, como lo recuerda con humor el custodio de Tierra Santa, pero lo esencial va más allá. «Estas celebraciones de Pascua son un fuerte signo para vivir juntos; no solo estamos presentes para custodiar los santos lugares sino para hacerlos vivir en el espíritu de Cristo. Jerusalén es la ciudad universal, no pertenece a ninguno y nuestras liturgias pascuales son un fuerte símbolo para mantener el carácter cristiano de esta ciudad», ha declarado Teófilo III:
La venida del Santo Padre, que tendrá lugar dentro de un mes escaso, estaba en boca de todos. El custodio aprovechó la oportunidad para dar las gracias a todos «por el trabajo y la cooperación con ocasión de esta visita. Son signos concretos de nuestra amistad y respeto». El patriarca copto confirmaba «toda la esperanza» que alimenta para el encuentro entre el papa Francisco y el patriarca de Constantinopla.
En todos estaba igualmente presente el sufrimiento de los cristianos de Oriente Medio que los patriarcas armenio y siríaco ortodoxos han subrayado vivamente. «Existen entre nosotros diferencias en algunos puntos teológicos o litúrgicos, pero ante la adversidad todo hombre es igual a otro y todo cristiano es hermano», ha proclamado el patriarca armenio Nurhán Manuguián. Los armenios han aprovechado su visita para saludar a fray Basilio Talatinián, que se encuentra en la enfermería: es también ocasión, para este franciscano centenario, de intercambiar algunas palabras en armenio y de evocar sus raíces armenias.
Mientras, el rumor sordo de los bastones de los kawas se aleja del convento de San Salvador, el jueves 24 de abril, Su Excia. Mons. Giuseppe Lazzarotto, nuncio apostólico, llega en visita a la comunidad franciscana para compartir el almuerzo.
Además, los dignatarios religiosos cristianos no son los único que visitan la Custodia. Es necesario destacar este año la presencia apreciada de una delegación del Gobierno palestino, y también de la policía israelí.
Así, un baile de kawas y cortejos ha empezado en la ciudad santa. Las comunidades etíope, armenia, copta, siríaca y latina, y también la melquita; cada una, según el turno, visita y acoge en su sede patriarcal a sus hermanos en la fe.
Alrededor de un chocolate y una taza de café, se dan las gracias por las fiestas vividas juntos, no sin dificultades logísticas, como lo recuerda con humor el custodio de Tierra Santa, pero lo esencial va más allá. «Estas celebraciones de Pascua son un fuerte signo para vivir juntos; no solo estamos presentes para custodiar los santos lugares sino para hacerlos vivir en el espíritu de Cristo. Jerusalén es la ciudad universal, no pertenece a ninguno y nuestras liturgias pascuales son un fuerte símbolo para mantener el carácter cristiano de esta ciudad», ha declarado Teófilo III:
La venida del Santo Padre, que tendrá lugar dentro de un mes escaso, estaba en boca de todos. El custodio aprovechó la oportunidad para dar las gracias a todos «por el trabajo y la cooperación con ocasión de esta visita. Son signos concretos de nuestra amistad y respeto». El patriarca copto confirmaba «toda la esperanza» que alimenta para el encuentro entre el papa Francisco y el patriarca de Constantinopla.
En todos estaba igualmente presente el sufrimiento de los cristianos de Oriente Medio que los patriarcas armenio y siríaco ortodoxos han subrayado vivamente. «Existen entre nosotros diferencias en algunos puntos teológicos o litúrgicos, pero ante la adversidad todo hombre es igual a otro y todo cristiano es hermano», ha proclamado el patriarca armenio Nurhán Manuguián. Los armenios han aprovechado su visita para saludar a fray Basilio Talatinián, que se encuentra en la enfermería: es también ocasión, para este franciscano centenario, de intercambiar algunas palabras en armenio y de evocar sus raíces armenias.
Mientras, el rumor sordo de los bastones de los kawas se aleja del convento de San Salvador, el jueves 24 de abril, Su Excia. Mons. Giuseppe Lazzarotto, nuncio apostólico, llega en visita a la comunidad franciscana para compartir el almuerzo.
Además, los dignatarios religiosos cristianos no son los único que visitan la Custodia. Es necesario destacar este año la presencia apreciada de una delegación del Gobierno palestino, y también de la policía israelí.