También este año el padre Custodio ha visitado la Casa del Niño de Belén, una obra mantenida por la Franciscan Holy Land Foundation y por la Custodia de Tierra Santa.
La Custodia no se ocupa sólo de custodiar los Santos Lugares construidos con piedras, sino también de las “piedras vivas” que componen la Iglesia y la sociedad de Tierra Santa. Los distintos y múltiples proyectos que se han desarrollado y que se están desarrollando son la prueba.
Cuidar de los niños es un trabajo indispensable, una inversión para el futuro. Cada niño es un puente hacia el futuro, es signo de esperanza, cualquiera que sea su raza o credo religioso de pertenencia. Éste es el objetivo de la existencia de la Casa del Niño de Belén, que cuenta con la presencia de las hermanas franciscanas misioneras de María y de los frailes menores. Qué mejor que la Navidad para meditar sobre la esperanza que representa cada niño.
La fiesta ha comenzado con una misa en la Gruta de la Leche, seguida por un simpático teatrillo. Un joven se sube al altar y llama a sus amigos preguntándose: “¿Qué es la Navidad?, ¿qué es lo que sucede?. Si es verdad esta historia, entonces nosotros, en todo lo que está sucediendo, ¿qué somos? ¿Somos quizás el buey o el asno?”. Las distintas preguntas, además de divertidas, llevan a la conclusión de que esta historia es auténtica, y si es autenticamente cierta no podemos hacer otra cosa que rezar. Entonces, los jóvenes invitan a todos a rezar el Padrenuestro.
La comitiva se desplaza después de la iglesia a la Casa del Niño donde se espera, con un refresco, la entrada triunfal de Papá Noel. Papá Noel entra en la sala, cansado por el viaje y el peso de los regalos. Con dificultad se mantiene en pie y es llevado a hombros por los niños en plan festivo.
La distribución de los regalos es un momento de alegría para grandes y pequeños. En la entrega de los mismos participa también activamente el padre Custodio, físicamente mucho más ágil que el viejo Papá Noel. Al final la distribución de los regalos, todos los niños entregan al padre Custodio una gran cartulina con la Sagrada Familia y las fotos de todos ellos rodeándola.
Un momento de fiesta que nos recuerda que la Navidad es sobre todo alegría por el regalo de la Esperanza, que se encarna en un Niño. Un momento de fiesta para recordar que Navidad es acoger al Señor en los más pequeños y los más necesitados, sin ningún tipo de retórica. Dar un paso sin hacerse camino. Como hizo Jesús y, después, el hermano Francisco, en la perfecta alegría.
Marco Gavasso
La Custodia no se ocupa sólo de custodiar los Santos Lugares construidos con piedras, sino también de las “piedras vivas” que componen la Iglesia y la sociedad de Tierra Santa. Los distintos y múltiples proyectos que se han desarrollado y que se están desarrollando son la prueba.
Cuidar de los niños es un trabajo indispensable, una inversión para el futuro. Cada niño es un puente hacia el futuro, es signo de esperanza, cualquiera que sea su raza o credo religioso de pertenencia. Éste es el objetivo de la existencia de la Casa del Niño de Belén, que cuenta con la presencia de las hermanas franciscanas misioneras de María y de los frailes menores. Qué mejor que la Navidad para meditar sobre la esperanza que representa cada niño.
La fiesta ha comenzado con una misa en la Gruta de la Leche, seguida por un simpático teatrillo. Un joven se sube al altar y llama a sus amigos preguntándose: “¿Qué es la Navidad?, ¿qué es lo que sucede?. Si es verdad esta historia, entonces nosotros, en todo lo que está sucediendo, ¿qué somos? ¿Somos quizás el buey o el asno?”. Las distintas preguntas, además de divertidas, llevan a la conclusión de que esta historia es auténtica, y si es autenticamente cierta no podemos hacer otra cosa que rezar. Entonces, los jóvenes invitan a todos a rezar el Padrenuestro.
La comitiva se desplaza después de la iglesia a la Casa del Niño donde se espera, con un refresco, la entrada triunfal de Papá Noel. Papá Noel entra en la sala, cansado por el viaje y el peso de los regalos. Con dificultad se mantiene en pie y es llevado a hombros por los niños en plan festivo.
La distribución de los regalos es un momento de alegría para grandes y pequeños. En la entrega de los mismos participa también activamente el padre Custodio, físicamente mucho más ágil que el viejo Papá Noel. Al final la distribución de los regalos, todos los niños entregan al padre Custodio una gran cartulina con la Sagrada Familia y las fotos de todos ellos rodeándola.
Un momento de fiesta que nos recuerda que la Navidad es sobre todo alegría por el regalo de la Esperanza, que se encarna en un Niño. Un momento de fiesta para recordar que Navidad es acoger al Señor en los más pequeños y los más necesitados, sin ningún tipo de retórica. Dar un paso sin hacerse camino. Como hizo Jesús y, después, el hermano Francisco, en la perfecta alegría.
Marco Gavasso