Fiesta de la Dedicación del Santo Sepulcro
P. ARTEMIO VITORES, ofm
Vicario Custodial de Tierra Santa
“El Santo Sepulcro es un poco como cuando se habla de Purgatorio, un dolor sufriente, un dolor porque es difícil venir, pero ninguna dificultad impide e impedirá a los cristianos venir al corazón de su propia fe”.
En el 50 aniversario de la conquista de Jerusalén, los cruzados festejaron el evento inaugurando la nueva basílica del Santo Sepulcro, completamente restaurada: era el 15 de julio de 1149. Este acontecimiento se recuerda todavía hoy, ante la edícula que conserva la tumba vacía de Cristo.
El Padre Artemio Vítores celebró el domingo por la mañana, a las 6 y media, la misa de la dedicación del Santo Sepulcro. Junto a los frailes concelebrantes y ante muchísimos peregrinos, la liturgia se llevó a cabo en un clima recogido y solemne. Las lecturas presentaron, en una secuencia penetrante, la figura del Cristo humillado y colocado en la tumba, mientras reposa en la esperanza. El Evangelio, proclamado en latín, anunció que el Hijo de Dios no habita ya entre los muertos porque ha roto las cadenas del sepulcro y de la muerte, como él dijo.
Una celebración que renovó en todos la alegría pascual, que permitió revivir aquel misterio de Cristo nuestra Pascua, inmolado por nosotros y que —según las palabras del Prefacio— ha destruido a la muerte y renovado en nosotros la vida”.
P. ARTEMIO VITORES, ofm
Vicario Custdodia di Terra Santa
Toda la vida cristiana se reduce a esto: Cristo murió por nuestros pecados y resucitó por nuestra salvación. Calvario y Santo Sepulcro: aquí en el Calvario nació la Iglesia, aquí es el punto que llamamos el “ombligo del mundo, kilómetro cero”. Todas las calles del mundo parten de aquí. El Santo Padre, las catedrales, los obispos, los cristianos, la pastoral. Este año que comenzamos el Año de la Fe no podemos si no anunciar aquello que hemos visto y oído. ¿Y qué es lo que hemos visto? “No está aquí, no tengáis miedo”.
P. ARTEMIO VITORES, ofm
Vicario Custodial de Tierra Santa
“El Santo Sepulcro es un poco como cuando se habla de Purgatorio, un dolor sufriente, un dolor porque es difícil venir, pero ninguna dificultad impide e impedirá a los cristianos venir al corazón de su propia fe”.
En el 50 aniversario de la conquista de Jerusalén, los cruzados festejaron el evento inaugurando la nueva basílica del Santo Sepulcro, completamente restaurada: era el 15 de julio de 1149. Este acontecimiento se recuerda todavía hoy, ante la edícula que conserva la tumba vacía de Cristo.
El Padre Artemio Vítores celebró el domingo por la mañana, a las 6 y media, la misa de la dedicación del Santo Sepulcro. Junto a los frailes concelebrantes y ante muchísimos peregrinos, la liturgia se llevó a cabo en un clima recogido y solemne. Las lecturas presentaron, en una secuencia penetrante, la figura del Cristo humillado y colocado en la tumba, mientras reposa en la esperanza. El Evangelio, proclamado en latín, anunció que el Hijo de Dios no habita ya entre los muertos porque ha roto las cadenas del sepulcro y de la muerte, como él dijo.
Una celebración que renovó en todos la alegría pascual, que permitió revivir aquel misterio de Cristo nuestra Pascua, inmolado por nosotros y que —según las palabras del Prefacio— ha destruido a la muerte y renovado en nosotros la vida”.
P. ARTEMIO VITORES, ofm
Vicario Custdodia di Terra Santa
Toda la vida cristiana se reduce a esto: Cristo murió por nuestros pecados y resucitó por nuestra salvación. Calvario y Santo Sepulcro: aquí en el Calvario nació la Iglesia, aquí es el punto que llamamos el “ombligo del mundo, kilómetro cero”. Todas las calles del mundo parten de aquí. El Santo Padre, las catedrales, los obispos, los cristianos, la pastoral. Este año que comenzamos el Año de la Fe no podemos si no anunciar aquello que hemos visto y oído. ¿Y qué es lo que hemos visto? “No está aquí, no tengáis miedo”.