Antes de partir para el Capítulo custodial intermedio (Belén, del 4 al 13 de junio), fra Toufic, guardián de Beirut, nos recomienda a fra Giuseppe Incelli y a mí, ir a Trípoli a celebrar la fiesta de San Antonio, el domingo 10 de junio.
Quedamos con la señora Ibtisam Ghanem, directora de la escuela, y la tarde de la fiesta, salimos hacia Trípoli Marina: dada la situación en el Norte, en Nahr el Bared encontramos poco tráfico. La ciudad está tranquila. Llegamos al convento: hay poca gente pero el número aumenta poco a poco. Más tarde, de Harissa viene fra Ibrahim Sabbagh, sólo. A causa de la situación tan tensa no han venido los postulantes.
Fra Ibrahim y yo, fra Giuseppe Costantin, huésped en el convento de Beirut, nos preparamos para la Misa, mientras los fieles recitan la oración de San Antonio. Asignamos las lecturas, preparamos las ofrendas y con los señores que animan la Liturgia elegimos los cantos. Poco a poco los fieles ocupan no sólo la iglesia sino también el patio de la escuela.
La celebración se desarrolla con devoción y solemnidad. Abuna Ibrahim proclama el Evangelio, yo hago una breve homilía hablando de San Antonio e invocando su protección sobre el Líbano. Interpreto el deseo de los fieles, esperando además que la Custodia mande frailes al convento de Trípoli, según la promesa del Custodio.
Después de la Misa se ha realizado la bendición del pan, que se ha distribuido junto a una imagen de San Antonio. A causa de la situación –se sentían disparos de mortero durante la Misa- fra Incelli y yo no nos prolongamos mucho en Trípoli, volviendo con las luces de la tarde, sin problemas.
Fra Joseph Costantin ofm
Quedamos con la señora Ibtisam Ghanem, directora de la escuela, y la tarde de la fiesta, salimos hacia Trípoli Marina: dada la situación en el Norte, en Nahr el Bared encontramos poco tráfico. La ciudad está tranquila. Llegamos al convento: hay poca gente pero el número aumenta poco a poco. Más tarde, de Harissa viene fra Ibrahim Sabbagh, sólo. A causa de la situación tan tensa no han venido los postulantes.
Fra Ibrahim y yo, fra Giuseppe Costantin, huésped en el convento de Beirut, nos preparamos para la Misa, mientras los fieles recitan la oración de San Antonio. Asignamos las lecturas, preparamos las ofrendas y con los señores que animan la Liturgia elegimos los cantos. Poco a poco los fieles ocupan no sólo la iglesia sino también el patio de la escuela.
La celebración se desarrolla con devoción y solemnidad. Abuna Ibrahim proclama el Evangelio, yo hago una breve homilía hablando de San Antonio e invocando su protección sobre el Líbano. Interpreto el deseo de los fieles, esperando además que la Custodia mande frailes al convento de Trípoli, según la promesa del Custodio.
Después de la Misa se ha realizado la bendición del pan, que se ha distribuido junto a una imagen de San Antonio. A causa de la situación –se sentían disparos de mortero durante la Misa- fra Incelli y yo no nos prolongamos mucho en Trípoli, volviendo con las luces de la tarde, sin problemas.
Fra Joseph Costantin ofm