Fiesta de san Ignacio de Loyola | Custodia Terrae Sanctae

Fiesta de san Ignacio de Loyola

2012/08/03

Fiesta de san Ignacio de Loyola

Jerusalén, 31 de julio.

El martes 31 de julio, en el patio de la casa de los jesuitas de Jerusalén, se ha celebrado la fiesta de san Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús. Fray Pierbattista Pizzaballa, custodio de Tierra Santa, ha presidido la misa solemne, concelebrada por el padre Joseph Nguyeãn Coâng Doan, director del Pontificio Instituto Bíblico de Jerusalén. Estaban presentes el cónsul francés, el Sr. Frédéric Desagneaux, y numerosos sacerdotes, religiosos, religiosas y fieles.

«Supone una gran alegría y un placer para mí estar aquí, con vosotros, en esta feliz ocasión», han sido las palabras de saludo del custodio antes de empezar la celebración de la misa. En su homilía, fray Pierbattista Pizzaballa ha puesto el acento sobre la importancia de la similitud entre san Ignacio y san Francisco, distantes aparentemente pero, en realidad, caracterizados por muchas similitudes: ambos, convertidos y procedentes de ambientes alejados de la fe, cumplen en sí el mismo paso: «del egocentrismo al cristocentrismo, de la vida mundana a la vida dedicada por completo al Señor Jesús».

La vida de san Ignacio se dirigía a la milicia, como caballero; su conversión se produjo durante una convalecencia en la que encontró y leyó algunos textos sobre la vida de Cristo. En la abadía benedictina de Monserrat, tras una confesión pública, se deshizo de las vestiduras caballerescas para hacer voto de castidad perpetua y entregarse a la vida monástica.

Afirma el custodio que la sabiduría de Ignacio fue la de saber descubrir en los acontecimientos de la vida, en las emociones del corazón, el camino de la vida, haber sido un profeta capaz de indicar dónde y cómo elegir la verdadera vida. El custodio ha terminado dirigiendo una petición de intercesión a san Ignacio para que toda la Iglesia se alimente de esa misma sabiduría y esa misma pasión por Dios, por el hombre, e ilumine este camino que hace posible el encuentro y la amistad entre Dios y el hombre.

Al finalizar la santa misa, el padre Joseph Nguyeãn Coâng Doan, superior de la casa, ha invitado a todos los presentes a participar en la cena fraterna ofrecida en los jardines del Instituto.

La expresión «ejercicios espirituales ignacianos» se refiere tanto al título del libro escrito por san Ignacio de Loyola, como a la experiencia que en él se propone. El término «ignacianos» especifica que se trata de un método particular, nacido de la experiencia de Ignacio y de sus primeros compañeros, aprobado y recomendado en numerosas ocasiones por los sumos pontífices. El autor del libro recibió el don-carisma de saber traducir su propio camino espiritual personal en un recorrido objetivo y orgánico de profundización y asimilación de la vida en el Espíritu de Dios.

La presencia de los padres jesuitas en Tierra Santa es un enriquecimiento para toda la Iglesia, tanto por sus profundas reflexiones teológicas y su especialización en el estudio de la Biblia, como por el resto de sus actividades académicas en Jerusalén. Aquí, los padres jesuitas viven en contacto abierto con el prójimo en el espíritu ecuménico y pastoral característico de la Iglesia en Tierra Santa.
Los jesuitas también están presentes en Jordania, Egipto y Líbano, con instituciones académicas que se encuentran entre las más cualificadas.

El Instituto Bíblico Pontificio de Jerusalén se halla en Tierra Santa desde 1927, como sede del Instituto Bíblico Pontificio de Roma, para llevar a cabo la formación de los profesores de Sagrada Escritura, conociendo y viviendo en la tierra de la Biblia, la tierra de Jesús.

También hoy el Instituto desarrolla su misión de formación de docentes en las Sagradas Escrituras procedentes de todo el mundo, los cuales deben completar sus estudios frecuentando la Ecole Biblique, para aprender la lengua aramea y cursar otros estudios; el Studium Biblicum Franciscanum, para estudiar la geografía y arqueología de la Tierra Santa; y la Universidad Hebrea, donde se especializan en lengua hebrea e historia del Antiguo y del Nuevo Testamento.