Fiesta de San José en Nazaret: Entrada solemne del Custodio | Custodia Terrae Sanctae

Fiesta de San José en Nazaret: Entrada solemne del Custodio

Nazaret, 20 de marzo de 2011

Son ya las 16:00 horas y una pequeña muchedumbre se empieza a concentrar en la plaza de ingreso a la Basílica de la Anunciación. A las 16:30 está prevista la llegada del Custodio de Tierra Santa, el padre fray Pierbattista Pizzaballa, para la misa solemne en honor de San José, esposo de la Bienaventurada Virgen María, Patrono de la Iglesia y Custodio del Redentor.
La particularidad de esta celebración se puede ver en los signos externos: una alfombra se extiende ante la entrada de la Basílica y el guardián del santuario, fray Ricardo Bustos ofm, espera para recibir al Custodio. A este lugar vendrá el padre Pierbattista Pizzaballa vestido para la ceremonia y entrará en la Basílica para presidir la liturgia solemne ante la Gruta de la Anunciación en nombre de toda la Iglesia Latina por intercesión de su patrono.
La llegada del padre Custodio es anunciada por los aplausos de la multitud alegre que asiste al curioso rito del vestimento.
La procesión llega hasta la planta superior de la Basílica, donde se desarrolla la primera parte de la celebración.

Entre fieles locales y peregrinos venidos para celebrar la fiesta de este santo tan querido hay alrededor de mil quinientas personas. La Basílica está adornada para la fiesta, destacando la capilla de san José, donde una manto desciende por detrás de la espalda de la imagen que lo representa con el Niño Jesús en brazos.
La eucaristía cuenta con la participación de jóvenes, niños, familias y peregrinos. La comunidad cristiana de Nazaret es muy activa.
Se lee el evangelio de Mateo que narra la aparición del ángel a María y que desvela la obra del Espíritu Santo a través de san José, el "esposo de María". José, conociendo la preñez de su prometida, "porque era un hombre justo", pensó en no acusarla públicamente sino en despedirla en secreto. Un ángel, en sueños, le tranquilizó con estas famosas palabras: "No temas, José...".

La meditación de este evangelio nos da a conocer la fe de un hombre simple pero profundo y el valor y la fuerza en la consecución y realización de un sueño.
Toda la eucaristía celebra al santo esposo de María, pero el culmen llega cuando el Custodio de Tierra Santa porta en procesión el icono de san José hasta el piso inferior de la Basílica donde está la casa de María y lo pone dentro de la Gruta de la Anunciación. El esposo va a la casa de la esposa.
José "ha dicho sí" y se repite, con una liturgia increíblemente romántica, lo que aquí ocurrió, donde todo comenzó hace ya más de dos mil años.

Se lee entonces el evangelio de Lucas que narra la aparición del arcángel san Gabriel a María. Las palabras confiadas "No temas, María..." se dirigen ahora a Ella y empieza el misterio de la Encarnación del Verbo, que aquí ocurrió.
Resuenan las palabras "Hic Verbum Caro Factum Est".
El padre Custodio, arrodillado ante la Gruta, dirige la súplica en nombre de toda la Iglesia (véase el documento litúrgico adjunto) y bendice sucesivamente con el venerado icono a todo el pueblo presente.

Son las 18:30 y la gente poco a poco empieza a marcharse para volver un poco después, a las 20:30, para sacar esta vez a la Virgen María en una preciosa procesión de antorchas donde se recitará el Rosario y se cantará el himno de san José. Realmente parece la celebración de una boda.
Se vuelve a entrar otra vez en la Gruta de la Anunciación con la imagen de la Virgen donde, tras una breve oración, se procede al beso ritual del icono. Las alrededor de dos mil personas que han participado en la procesión de antorchas desfilan delante de la Casa de María y besan el icono de san José.
Una jornada marcada por una liturgia muy intensa y con un profundo y conmovedor significado que hace revivir la experiencia de fe de los dos santos esposos cuyo "Sí", dicho hace más de dos mil años, se actualiza todavía hoy y se confunde con aquel "Hic Verbum Caro Factum Est" que acompaña cada celebración en este Santo Lugar.


Fotos y texto de Marco Gavasso