Fiesta de santa Marta | Custodia Terrae Sanctae

Fiesta de santa Marta

2012/07/29

Fiesta de santa Marta

Betania, 29 de julio de 2012


El domingo 29 de julio, en el pueblecito de Betania, a poca distancia de Jerusalén, se ha recordado a santa Marta, hermana de María y de Lázaro. Desde 1262, los franciscanos, probablemente los primeros en hacerlo, dedican este día a la celebración litúrgica en su memoria, ocho días después de la fiesta de santa María Magdalena (erróneamente identificada muchas veces con su hermana, María).

La jornada festiva ha tenido distintos momentos importantes. A las 6.30 horas se ha celebrado la primera misa, en la tumba de Lázaro; a las 8.00, la misa solemne celebrada en la iglesia construida por Antonio Barluzzi. En la misa, presidida por fray Noel Muscat, han participado muchos frailes, sacerdotes, religiosos y religiosas, fieles locales y peregrinos extranjeros. En su homilía, fray Noel ha querido subrayar el valor de la hospitalidad, según la narración del evangelio de Lucas. Un valor que, en la cultura oriental, tiene una importancia especial.

Fray Noel ha explicado el encuentro de Jesús con Marta y María según se nos cuenta en el diálogo entre Marta y el Señor: «Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sola sirviendo? Dile que me ayude»; y la respuesta de Jesús: «Marta, Marta. Te preocupas y te afanas por muchas cosas, pero solo una es necesaria. María, sin embargo, ha elegido la mejor parte, que no le será arrebatada». La lección impartida por el Maestro a Marta no hace alusión a la laboriosidad sino al exceso de afán por las cosas materiales en detrimento de la vida interior. Fray Noel añade: «También nosotros nos ocupamos de muchas cosas necesarias. Nos damos cuenta que nuestra vida, a pesar de tantas buenas y santas intenciones, se vuelve cada vez más complicada; que las exigencias y presiones aumentan y que la eficiencia y la profesionalidad en aquello que hacemos tienden a ofuscar la "calidad" de vida que el Evangelio nos presenta. Así pues, este texto nos debe ayudar a reflexionar seriamente sobre las elecciones que hacemos, para saber elegir la mejor parte y acoger al huésped peregrino que no tiene prisa para quedarse con nosotros. "He aquí que estoy a la puerta y llamo. Si alguno escucha mi voz y me abre la puerta, yo iré a él, cenaré con él y él conmigo" (Ap 3,20).»

La misa ha concluido con una procesión solemne, cantada y acompañada de la lectura del Evangelio. Los participantes han podido compartir un momento de hermandad antes de continuar con la peregrinación hacia el lugar de la Ascensión, haciendo un alto en la iglesia del «Pater Noster».