Fiesta de Santiago apóstol en Jaffa de Nazaret | Custodia Terrae Sanctae

Fiesta de Santiago apóstol en Jaffa de Nazaret

2012/07/27

 

Fiesta de Santiago apóstol en Jaffa de Nazaret

Como cada 25 de julio, en Jaffa, Nazaret, se celebra la fiesta del apóstol Santiago. La pequeña capilla, edificada en 1886 gracias a benefactores españoles y confiada a la Custodia de Tierra Santa, se yergue en el punto más alto de la ciudad.

En la misa, presidida por fray Amjad Sabbara, párroco de la iglesia latina de Nazaret, y concelebrada por diversos sacerdotes, han participado numerosos fieles de Nazaret y Jaffa. Los himnos y los cantos han acompañado esta eucaristía celebrada en esta iglesia que se abre solo una vez al año, precisamente en esta ocasión. En su homilía, el padre Amjad Sabbara ha recordado a Santiago, hijo de Zebedeo y María Salomé, hermano del evangelista san Juan y pescador en Betsaida antes de que le llamara Jesús.

Santiago ha sido el testigo más importante de los milagros de Jesús: con Pedro, estuvo en el Monte Tabor en el momento de la Transfiguración, fue testigo de la resurrección de la hija de Jairo y de la noche en Getsemaní.

De carácter impetuoso, como su hermano, recibió junto a él el sobrenombre por parte de Jesús de «Boanerges» (hijo del trueno).

Primer mártir entre los apóstoles, Santiago fue decapitado en Jerusalén por orden de Herodes Agripas, en torno al año 43/44. Siglos después han ido surgiendo sobre la figura de Santiago tradiciones y leyendas. Se dice que predicó el Evangelio en España. Cuando este país cayó en manos de los musulmanes (s.IX), se afirma que el cuerpo del apóstol fue llevado prodigiosamente al noroeste español y sepultado en el lugar, conocidísimo después, de Santiago de Compostela.

Aquí, en Jerusalén, la Casa de Santiago, en Betania, ha celebrado la fiesta del patrono principal de España con una misa presidida por Mons. César Franco, obispo auxiliar de Madrid, por su director, don José Manuel Sánchez, por el vicario custodial, fray Artemio Vítores, y por otros muchos sacerdotes y religiosos, contando con la presencia del cónsul español y otros invitados. En su homilía, el obispo ha exhortado a vivir las virtudes del apóstol Santiago, especialmente su amistad con el Señor, y ha hablado de la importancia de vivir en Jerusalén, dando testimonio de nuestro ser discípulos del Maestro.