Fuente de esperanza y de gratitud: primeros resultados del III.er Congreso Internacional de Comisarios de Tierra Santa | Custodia Terrae Sanctae

Fuente de esperanza y de gratitud: primeros resultados del III.er Congreso Internacional de Comisarios de Tierra Santa

Jerusalén, 18 de febrero de 2012

Hace algunos días ha concluido el III.er Congreso Internacional de Comisarios de Tierra Santa, celebrado en Jerusalén del 30 de enero al 4 de febrero pasado. Un evento importante y delicado que ha implicado intensamente a la Custodia y que se ha propuesto dos objetivos simultáneos: la eficiencia y la productividad, desde el punto de vista práctico, con la consecución de los objetivos programáticos fijados en la agenda; y la creación de un clima fraterno en el que acoger a los participantes y ofrecerles la posibilidad de vivir una experiencia humana espiritual de gran valor.

En una primera valoración del Congreso, realizada a través de las observaciones y sugerencias recibidas por parte de los comisarios durante los días de trabajo e inmediatamente después, surgen ya dos indicaciones precisas: el aprecio por el cuidado y la eficiencia en la organización, que han garantizado el buen desarrollo de los trabajos y han permitido a los participantes sentirse realmente parte activa de esta iniciativa; y el reconocimiento de la importancia de la experiencia fraterna, de la acogida calurosa que ha hecho que creciera la familiaridad, el sentimiento de compartir juntos un camino humano y culturalmente rico con los hermanos procedentes de distintas partes del mundo, iluminados y guiados por el mismo espíritu franciscano.

A la construcción de este clima positivo y abierto han contribuido también las excursiones en grupos, previstas para las jornadas entre el 6 y el 8 de febrero y organizadas por fray Pietro Kaswalder, profesor del Studium Biblicum Franciscanum, que ha guiado a los comisarios junto a gran número de invitados y amigos, en visitas muy interesantes, desde el Pozo de Jacob al Monte Garizim, de Beit Jibrin a Beer Sheva, de Tel Aviv a Ramleh o a Abu Gosh. Estas excursiones han ofrecido la posibilidad de descubrir algunos rincones olvidados de la Tierra Santa, o de conocer y apreciar situaciones poco conocidas, convirtiéndose en momentos preciosos para estar juntos libremente y para cultivar las relaciones de amistad pues el Congreso, como ya se ha dicho, ha querido ser también un instrumento para construir una red de relaciones significativas, para acercar a los comisarios que hablan distintas lenguas y pertenecen a culturas distintas, favoreciendo contactos, intercambios y colaboraciones que el mero conocimiento desde la distancia, a través de internet, no permite.

Tras el buen resultado de la iniciativa, reconocido también por el Ministro General de la Orden, fray José Rodríguez Carballo, y por el custodio de Tierra Santa, fray Pierbattista Pizzaballa, comienza ahora el trabajo para sacar adelante los contenidos sobre los que el congreso ha fijado la atención de todos los participantes. Especialmente, la elaboración del Vademécum, es decir la guía de trabajo para las actividades de los comisarios, necesita aún de la reflexión y contribución activa de todos. Por otra parte, el programa tan intenso de las jornadas del Congreso, ha suscitado numerosas cuestiones y revelado problemas importantes cuya elaboración y búsqueda de soluciones exigirán aún una gran dedicación y espíritu de colaboración. Precisamente con este objetivo, al finalizar el Congreso, se ha elaborado un calendario de trabajo, se ha comenzado a recoger material –que ya está disponible- y se han elegido a las personas de referencia encargadas de la coordianción y la promoción con el fin de que los resultados esperados se alcancen antes de finales del 2012, teniendo en cuenta también las exigencias y tiempos necesarios para la revisión de los órganos intermedios y la aprobación por parte de las comisiones designadas, del gobierno custodial y del gobierno general.

«Este III.er Congreso Internacional nos abre a una gran esperanza», afirma fray Giorgio Vigna, responsable de la nueva Oficina de Enlace de los Comisariados de Tierra Santa. «El balance de este evento, tan importante y esperado, es en su complejidad muy positivo y de aquí se podrá partir realmente para relanzar la actividad de los Comisariados y para crear una red provechosa de colaboraciones entre los comisarios, las diócesis, el mundo cristiano y la Custodia. Esperamos que la nueva Oficina de Enlace, que tiene su sede en Jerusalén y que nació hace pocos meses –en julio de 2011-, pueda realmente ofrecer una contribución válida en esta dirección. Con motivo del Congreso, todos los comisarios y colaboradores presentes han podido conocer concretamente a la persona que se ocupa de este servicio, han podido conocer su forma de trabajar y descubrir las potencialidades y oportunidas propias que ofrece esta nueva Oficina. Espero de corazón que la comunicación y la colaboración entre los Comisariados y la Custodia puedan crecer y profundizarse gracias al trabajo que la Oficina de Enlace ha empezado ya a desarrollar y que pretende finalmente promover. Deseo además que el próximo Congreso Internacional, gracias a los buenos resultados conseguidos en esta ocasión y a la actividad de coordinación de los Comisariados que la Oficina desarrollará, pueda ser organizado dentro de 3 o 4 años, así como asegurar su continuidad y apoyo a la preciosa obra hoy comenzada».

«Finalmente –concluye fray Giorgio con sincera emoción- deseo manifestar mi agradecimiento personal sobre todo al Ministro General y al custodio, por la confianza que han depositado en mí para la organización y dirección de esta cita tan significativa, y al equipo de personas que ha contribuido de modo tan determinante, trabajando activamente, en el buen éxito de las intensas jornadas del Congreso. Mi agradecimiento se dirige no solo a los comisarios que se han reunido en Jerusalén y en beneficio de los cuales se ha previsto y realizado todo, sino también al grupo que se ha encargado conmigo de la coordinación de esta iniciativa, es decir a fray Silvio de la Fuente, secretario custodial, fray Marcelo Cichinelli y la Sra. Doni Ferrari. Deseo además recordar al numeroso equipo, alrededor de 12-14 personas, que ha colaborado en distintos y fundamentales sectores, trabajando con competencia y sin preocuparse de horarios y dificultades».

Una ocasión fundamental para reflexionar juntos sobre el gran valor de la Tierra Santa y para crecer en su amor y en su servicio, además de punto de partida para valorar la vocación de la Custodia franciscana, para conocer su extraordinaria obra misionera, para implicar cada vez más a los comisarios en una historia de confianza recíproca, de colaboración activa, de trabajo compartido para que la Tierra Santa siga siendo el centro espiritual que ilumina la vida de todos los cristianos.

Texto de Caterina Foppa Pedretti
Fotos de Barbara Osti y fray Giorgio Vigna